LA VIOLENCIA POR GÉNERO EN TIJUANA



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LA VIOLENCIA POR GÉNERO EN TIJUANA


Mtra. Vianett Medina Valencia

"Todo lo que es macrodecisiones tiene un fondo económico", reflexiona el psicólogo David Sotelo respecto a la distribución de poder en la pareja. La dependencia de algún modo está relacionada con la ansiedad que produce el consumismo ya que la oferta siempre supera las posibilidades reales. Y la frustración y la ansiedad en una sociedad consumista, derivan en violencia.

El dominio de lo público

El capitalismo se funda en la igualdad de los sujetos y su libertad para ingresar a múltiples campos de la vida social; mas no es gratuito el derecho femenino a diversificarse en tareas que tradicionalmente pertenecen al dominio masculino. Mientras a la mujer se le respeta su función de tejer las relaciones al interior de una familia (la familia capitalista no puede prescindir de su jornada completa), hay ámbitos en los que su intervención no es bienvenida. Como en el reino animal, las mujeres tienen prohibido entrar a la selva del dominio de la caza que es el ámbito público.

A partir de la reflexión sobre las mujeres en Latinoamérica, que surge de los ensayos reunidos por Elizabeth Maier y Nathalie Lebon (2005), se puede comprender cómo la llegada de la mujer al dominio de lo público sigue causando resistencias no sólo institucionales (uno de los ensayos habla del "posfeminismo" de las políticas públicas, como intento de neutralizar la emancipación femenina) sino culturales, que se vuelven, si no una pesadilla a tantas décadas de lucha femenina, sí un reto al trabajo de concienciación local.

Miedo, apelativos y estereotipos: formas más sutiles de violencia

Aunque la prosperidad económica no garantice mayor educación, entre los dos conceptos se formula una ecuación. Los hombres más preparados, dice Tania Betancourt, suelen crear formas más sutiles de violencia.

"En un mayor nivel socioeconómico es más sutil la violencia, para generar miedo en la víctima (…) Las personas que tienen un nivel socioeconómico medio alto o alto (que en el Centro de Protección de la Mujer representan el 10 ó el 15%) lo ocultan más o van con un particular. De alguna manera no se exponen porque son esposas de gente que tiene cierto nivel. Es más peligroso porque a veces las amenazan con los hijos: te los quito (…). Nunca las golpean pero, por ejemplo, duermen con el arma debajo de la almohada. Es un tipo de violencia sutil, porque jamás les ha hecho daño. O las que están totalmente controladas, que también es muy común".

Según la psicóloga, tener mayores recursos y conocimientos permite refinar las técnicas de control que atacan la autoestima con palabras más hirientes y trampas incluso dentro de su misma casa. Lo doméstico se vuelve campo de batalla en que se siembran armas invisibles. En una clase más escolarizada la violencia no disminuye, sólo hay más ingenio para el control y la agresión que hace que "ante los ojos de fuera no se note".

En ocasiones los hijos son el medio con que los hombres intentan causar miedo y ejercer control. Una de las más comunes estrategias de violencia en pareja es la incorporación de la figura de los hijos en el conflicto. La amenaza y el ataque indirecto son elementos que se transmiten a los vástagos y se acrecienta el conflicto: "Tu mamá ya no nos quiere".

Para abundar en la fenomenología de la violencia entre clases medias y altas, el psicólogo David Sotelo, quien trabaja dando terapia a parejas, explicó que la violencia más elaborada y común es el abuso. El psicólogo describe el abuso psicológico como el sarcasmo, la descalificación de las ideas, actividades y aportaciones de la pareja con el fin de socavar la autoestima y hacerla vulnerable, medio por el que se intenta convencer al sujeto de su incapacidad. Además de la embestida psicológica, la relación crea una forma de dependencia que supone la existencia de un débil y un fuerte. En muchos sentidos el hombre es el violento impositivo, pero después la mujer puede terminar cobrando la factura. Se da, pues, un tipo de violencia mixta o cruzada.

Aun cuando la mujer toma las decisiones más importantes con relación a la familia, las costumbres, las creencias o el uso de dinero, en la casa la pareja puede cohabitar en pugna permanente, aguzando novedosas formas de violencia.

Vulnerables y agresores

Entre los grupos más vulnerables, como sucede también en las clases bajas, se encuentran los menores. Sin embargo, la reprensión física hacia menores disminuye su visibilidad entre más alta es la clase. La causa parece ser una mayor presión social que la contiene. Sin embargo, los adolescentes de clases medias y altas tienden a ser más violentos.

 

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February 16, 2015