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Nuevos Retos y Temas de Reflexión
5. Realidad sociopolítica de América Latina 2006 El acuerdo básico de Ausjal se logró hace 15 años con una mirada común a la realidad sociopolítica de América Latina que llamamos Desafíos de América Latina y Respuesta Educativa Ausjal. La visión de la realidad que ahí se presenta fue elaborada entre 1990 y 1993 y el documento se publicó en 1995, luego de una decena de borradores y correcciones por parte de los asociados. En los diez años que han transcurrido algunos aspectos permanecen iguales, otros se han agravado y hay acentos nuevos que cobran particular relevancia luego del año 200. Para decirlo en forma simplificada, no solamente no nos gusta el neoliberalismo (como señalábamos entonces), sino que es preocupante el neopopulismo con tendencias autoritarias y requiere análisis. La identidad de nuestras universidades se nutre de la reflexión católica de la misión de la universidad de inspiración cristiana y también de la identidad de la universidad ignaciana basada en la tradición de la educación de la Compañía de Jesús. Pero su concreción a las circunstancias trata de responder a la pregunta ¿Qué universidad para que sociedad? Esta pregunta nos obliga a actualizar permanentemente nuestra reflexión a la luz de la realidad de cada país, de América Latina y también de una visión del mundo globalizado en el que estamos insertos. Nos parece que en este Encuentro deberíamos tener la oportunidad de intercambiar ideas sobre las tendencias actuales de la política latinoamericana, partiendo de realidades que no eran tan llamativas hace muy poco años: tendencias políticas de corte más popular y que reflejan unas frustraciones y esperanzas no satisfechas en las mayorías que han ganado las elecciones en varios países. Al mismo tiempo su corte caudillista-populista y cierto desengaño de la población con los partidos tradicionales, la corrupción e ineficiencia pública aumentan la incertidumbre sobre las verdaderas capacidades de producir las soluciones requeridas y sobre el futuro democrático y la efectiva producción de la superación de la pobreza. La cultura política latinoamericana tiene componentes caudillistas heredados y la realidad ofrece fuertes motivos para la denuncia y también para la utopía. El peligro está en el que no acaba de incorporarse todo lo referente a la gestión pública exitosa. Hay que cuidar que la denuncia y el horizonte se queden en rechazar y no acierten a construir alternativas deseables. Hace falta vincular sistemáticamente la política con las capacidades y posibilidades de construir las alternativas deseables y necesarias. Los esquemas de integración y de apertura a mercados más amplios también están llenos de incertidumbres y de cambios. No faltan esperanzas, pero también hay interrogantes y hechos duros que revelan en cierto sentido una América Latina que pierde peso económico en el mundo y se debilita su lugar en el desarrollo económico mundial. ¿Cómo lograr un crecimiento y desarrollo económico sostenido con una superación de la pobreza, y distribución más equitativa del bienestar social con una democracia realmente social? Nada de eso parece posible sin una sistemática elevación de la calidad de la educación en todos los niveles y la calidad de las instituciones públicas democráticas y una fuerte inversión económica que genere más empleo y oportunidades en nuestros países. No trato ahora de presentar mi propia visión sobre estos hechos, sino invitarlos a dedicar un tiempo razonable para escucharnos, y percibir las principales inquietudes y puntos de vista, tal como se presentan en nuestros países.
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