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¿Por qué Manresa?
Redactado por Rosa Alicia Estens
La primera tarea que asigna Dios a los seres humanos, según el Génesis, es nombrar lo creado, y fieles a ello, nombramos a nuestra nueva Casa de Ejercicios Espirituales "Manresa". ¿Por qué Manresa? ¿Qué hemos querido señalar, marcar con este nombre?
Manresa es el poblado catalán donde San Ignacio de Loyola recibió la confirmación definitiva de que convertirse a Dios consistía en convertirse al mundo, "amando a todas las cosas en Él y en Él a todas ellas".
Pero sobre todo se trata de reconocer que, en un sentido, Manresa es un punto más, un lugar más en el itinerario de Ignacio; pero en otro sentido es EL LUGAR donde vive una experiencia de búsqueda intensa, radical, de la voluntad de Dios en su vida: búsqueda que incluye probar los extremos (abstenerse de alimentos durante días enteros, o dejar de cortarse el pelo y las uñas), tener la tentación de suicidarse ("Me venían violentas tentaciones con gran ímpetu de arrojarme a un gran agujero que había en ese cuarto"), la desesperación (comencé a decirle a Dios a gritos: "Socórreme Señor, que no hallo ningún remedio en los hombres ni en ninguna criatura....Muéstrame tú, Señor, donde encontrarlo").
Experimentó también la culpabilidad y los escrúpulos; el servicio a los demás (atender enfermos en el Hospital Santa Lucía), la enfermedad (estando enfermo una vez en Manresa, con una fiebre muy alta llegué a punto de muerte...) y finalmente la claridad y el consuelo:"...y quedé con el entendimiento en tal grado ilustrado, que me parecía como si fuese otro hombre y tuviese otro intelecto distinto que el de antes".
Al llamar "Manresa" a esta casa de oración, queremos señalar nuestra voluntad y nuestra esperanza de que muchos hombres y mujeres encuentren en este sitio el espacio, el tiempo y los recursos para buscar el sentido de su vida al descubrir la voluntad de Dios para con ellos, encontrando que esa voluntad siempre tiene una dimensión de servicio a los demás.
Queremos honrar al Espíritu Humano, siempre insatisfecho, siempre peregrino de sentido, y así como lo hizo San Ignacio.
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