COMENTARIOS SOBRE EL PRIMER NÚMERO



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COMENTARIOS SOBRE EL PRIMER NÚMERO


Laura Velasco Ortiz*

Antes que nada, deseo agradecer la invitación para participar en esta presentación, ya que me permitió leer con mucho detenimiento este primer número de la revista El Bordo. Retos de Frontera.

Quiero comentar este número tocando diferentes aspectos de este producto editorial. Primero, dar la bienvenida a este esfuerzo porque producir una publicación periódica en sí mismo es un logro, pero además por el perfil de la publicación que está poniéndose en circulación. Como lo plantea en la introducción David Ungerleider, la revista tiene como objetivo ser un espacio de debate-diálogo que permita no sólo identificar los principales problemas que atentan contra la calidad de vida en esta frontera norte, sino también proponer alternativas y soluciones factibles y realizables.

Esta doble tarea de documentar y analizar, por un lado, y el de generar propuestas de solución, por el otro, es un reto que en general enfrentan las instituciones educativas y de investigación en todo el país, pero regionalmente compromete a aquellas que tienen la oportunidad de seguir en forma cotidiana el curso de la vida fronteriza en sus diferentes dimensiones económicas, sociales, culturales y políticas, como el caso de la Universidad Iberoamericana-Noroeste. Por lo que este esfuerzo editorial también puede ser visto como parte de ese compromiso de difundir el conocimiento que durante años ha ido generándose en esta universidad, otros centros de educación superior y en la comunidad regional, a la vez que abrir un espacio para la confrontación respetuosa de diferentes puntos de vista, temáticas y metodologías, a través de ensayos bien fundamentados.

     Ahora quiero tocar cada uno de los textos que componen este primer número, para luego regresar a hacer un comentario general.

El primer trabajo, "La pobreza desde la perspectiva de los estudios de migración" de Benedicto Ruiz, es un artículo académico, resultado de una investigación amplia que la Universidad Iberoamericana realiza en todos sus planteles, en conjunto con el InstitutoTecnológico de Occidente sobre Construcción de Alternativas a la Pobreza, por lo que promete la publicación posterior de otros resultados.

El artículo presenta una sistematización crítica de las aproximaciones al estudio de la migración en su articulación con el tema de la pobreza. Como el mismo autor lo reseña, si bien estos dos procesos (migración y pobreza) han estado vinculados históricamente en América Latina y en México, los diferentes aparatos conceptuales con los cuales se estudia esta relación, enfatiza distintos niveles de su expresión, así como sus causas o bien sus efectos.

El autor elige seguir los hilos conceptuales y empíricos del estudio de la migración interna e internacional, y desde ahí va buscando conexiones con el tema de la pobreza. Después de sistematizar las dos aproximaciones más importantes que han dominado el estudio de las migraciones internas en América Latina y México: la teoría de la modernización y la histórico-estructural, arriba a dos conceptos que articulan el proceso migratorio con la pobreza: la marginalidad y la dependencia.

Una vez que distingue cada aproximación y la potencialidad de los conceptos para estudiar la migración, se introduce a revisar los avances empíricos en los estudios sobre migración interna e internacional entre México y Estados Unidos.

A la vuelta de los años, como lo señala el autor, la polarización analítica de dicotomías como tradicional-moderno, individuo-sociedad, acción-estructura, dio origen a un esfuerzo teórico mediador a la vez que integrador. Este esfuerzo surgió desde las mismas filas de los histórico estructuralistas con conceptos como familia, escuela y unidad doméstica. Así aparecieron modelos de análisis de la migración que planteaban la posibilidad de estudiar el proceso migratorio en los diferentes niveles de lo social. El caso más típico es el estudio de Lourdes Arizpe, quien propone tres niveles de análisis: las causas precipitantes, mediatas y generales de la migración.

Como lo señalé antes, con atino Benedicto Ruiz articula los marcos analíticos del estudio de la migración interna e internacional con el fenómeno de la pobreza, a través de los conceptos: marginalidad y dependencia. En América Latina, y en México en particular, ambos conceptos guiaron sendas investigaciones. El primero guió un sinnúmero de estudios sobre migración campo-ciudad; y el segundo alumbró análisis macroestructurales de la migración a la luz de la articulación de centro-periferia en el marco del desarrollo capitalista a nivel mundial. El enfoque de la dependencia planteó la relación entre estados nacionales con modelos de desarrollo diferenciados. Si bien estos dos conceptos poseen raíces teóricas distintas (una de la ecología urbana-con mucha influencia de la Escuela de Chicago, la otra -dependencia- con su herencia marxista y considerada la escuela de pensamiento más destacada de América Latina en las últimas décadas), lo cierto es que poseen una visión común sobre la existencia de un estrato de población que no logra integrarse o bien no logra absorber el modo de producción capitalista (como forma de vida y de trabajo) quedando al margen de ese desarrollo industrial (o son los marginales o el ejército de reserva).

Este conjunto de sistemas conceptuales alumbraron el estudio y análisis de la migración en México. Los estudios de selectividad (es decir de quién migra y quién no) de los años setenta y ochenta nos enseñaron muy pronto que no migraban precisamente los más pobres, sino los más aptos, y que esto es todavía más marcado para la migración internacional. Asimismo, la unidad doméstica y los arreglos familiares por sexo y edad aparecieron como factores de organización de la migración que ponían en tela de juicio la visión individualista y mecánica de los sujetos de la migración, sostenidos por los modernistas o por los histórico-estructurales. Ni los migrantes actuaban en forma aislada, ni actuaban siguiendo la fatalidad de los determinantes estructurales del capital. Las familias creaban arreglos domésticos y la migración podía ser vista como estrategia de sobrevivencia que poseía una lógica de reproducción colectiva y cultural específica, de tal forma que la migración se ajustaban no sólo a las exigencias de los mercados de trabajo en términos de selectividad, permanencia, etc., sino también a las necesidades del grupo doméstico.

     La sistematización que nos presenta Benedicto Ruiz, nos indica que, si bien estos sistemas conceptuales sirven como base para acercarse al fenómeno de la migración internacional entre México y Estados Unidos, también aparecen otros conceptos necesarios para esta realidad tan específica tales como: heterogeneidad estructural, asimetría y demanda laboral. Del análisis bibliográfico empírico que hace el autor pueden extraerse dos conclusiones: la migración internacional es una corriente bien diferenciada de la migración interna y es cada vez más heterogénea y compleja, en cuanto a su composición y comportamiento. Parece que un solo factor caracteriza a estos migrantes internacionales: su juventud.

Entre la multitud de factores que se interrelacionan para explicar la migración internacional, el autor señala tres: la demanda laboral, las políticas de migración por parte de los Estados Unidos y la tradición migratoria que cada corriente migratoria ha ido estableciendo en el curso del tiempo.

A esta bien documentada sistematización del estado del arte de las perspectivas conceptuales para estudiar la migración interna e internacional y sus avances empíricos, considero que sería útil incorporar la perspectiva transnacional en el estudio de la migración. Esta perspectiva, como varios autores le han llamado, está constituida por conceptualizaciones y estudios empíricos provenientes de la antropología, la sociología y la ciencia política. Esta perspectiva, o apenas un enfoque, ha documentado durante toda la década de los noventa la existencia de comunidades de migrantes que han establecido un proceso de articulación con sus comunidades de origen, creando formas novedosas de organización transnacional, desde el nivel de la vida familiar (el gasto doméstico, el consumo) hasta formas de organización política. Estas configuraciones transnacionales han revertido, o bien desmentido, muchos de los efectos que habían sido augurados para la migración en la década de los setenta u ochenta, tales como el debilitamiento de la identidad comunitaria, desarraigo y desapego de los lugares de origen. Esta nueva aproximación, enfoque o perspectiva, ha acuñado conceptos como transnacionalismo, comunidades transnacionales y un concepto muy poderoso que desborda esta perspectiva: las "redes de migrantes". Esto último lo menciono, más que como una ausencia del trabajo que comento, como una posibilidad conceptual que podría complicar todavía más el cuadro conceptual que el autor nos presenta y como una primera forma de hacer uso del espacio de diálogo que esta revista nos permite.

El segundo trabajo, "La nueva política norteamericana en materia de inmigración" de Raúl Ramírez, es un ensayo que describe y analiza los antecedentes, los alcances y las consecuencias de la política migratoria estadounidense. El panorama que el autor nos describe es apabullante en términos de las estrategias, recursos e ideologías que sustentan las acciones del Estado norteamericano para controlar el ingreso de inmigrantes mexicanos a territorio estadounidense.

Raúl Ramírez parte de dos supuestos básicos para sustentar su análisis de la información sobre los cambios recientes en la legislación y el despliegue de operaciones de corte militar como La Operación Guardián. El primero es la crisis del Estado de Bienestar en los países desarrollados, como origen de los programas y acciones de recorte presupuestal en los renglones de educación, salud, vivienda y seguridad social. El segundo, es la emergencia del tema de la migración en el marco de la amenaza a la Seguridad Nacional como un problema de orden nacional que afecta a todo el "pueblo estadounidense".

Así un fenómeno de origen económico como es el debilitamiento del Estado de Bienestar, toma un curso político-ideológico, visto bajo el marco de la soberanía y la seguridad nacional, ya que resulta contradictoria la inversión de recursos administrativos y militares como lo documenta este ensayo con el argumento de una crisis en el presupuesto estatal. Cómo justifica un Estado en crisis, con un recorte de programas de bienestar para las personas más pobres, el gasto que supone la infraestructura tecnológica, material y humana que requiere el aparato dedicado a controlar, detener y "remover" a la migración indocumentada en la frontera con México.

En forma sintética Raúl Ramírez nos expone punto por punto los cambios y las consecuencias que traerá y está trayendo la política migratoria norteamericana en esta década. Ya no sólo se trata de detener a los que intentan cruzar, sino de sacar a los que lograron meterse y estaban amparados por algún proceso de regularización de su estancia migratoria. La descripción de la Operación Guardián y el análisis de sus consecuencias en las poblaciones migrantes y en esta región fronteriza, nos alertan sobre el desarrollo en nuestra frontera de un estado de guerra de baja intensidad que vivimos día a día y que corre el riesgo que nos llegue a parecer "normal", sino es por la sacudida que nos da este trabajo.

     Pero la sacudida no es suficiente, ¿qué debemos y podemos hacer? De quién es la responsabilidad de que miles de hombres arriesguen su vida todos los días, que sufran el abuso y violencia de autoridades migratorias mexicanas y estadounidenses, de coyotes y rateros comunes y de otros no tan comunes. La vuelta de la historia sitúa también al Estado mexicano como un actor fundamental en este escenario, que se ha replegado a privilegiar los intercambios comerciales, antes que la defensa de los derechos humanos de los trabajadores migrantes.

Sin embargo, como lo señala el mismo Raúl Ramírez, el cuadro quedaría incompleto sin la consideración de las organizaciones no gubernamentales que durante la década de los ochenta institucionalizaron su presencia en la región. El autor de este ensayo trae al escenario a la sociedad organizada que, al margen de las instituciones estatales, toma acciones, se organiza y se convierte en voz de muchos grupos indefensos, como son los migrantes. De estas organizaciones han surgido propuestas tan urgentes como: la firma de acuerdos bilaterales en materia de migración que protejan a poblaciones vulnerables; programas emergentes de empleo y campañas permanentes de información sobre riesgos, costos y oportunidades reales, que promuevan una decisión informada.

Si bien este ensayo es una documentación de la fuerza del Estado norteamericano, en lo que a política migratoria concierne, también es una ilustración de lo absurdo que resulta para la sociedad estadounidense autoproclamarse como la más democrática del mundo, cuando no respeta los valores éticos más elementales, como es el respeto a la vida y el derecho de la persona independientemente de su estatus legal y su origen nacional, colocando por encima el derecho de una entidad tan abstracta como es la nación.

     El último trabajo, "Construyendo el camino hacia una pastoral migratoria" de Gianni Fanzolato, es un ensayo breve que resume la visión teológica que orienta las acciones de la Casa del Migrante, una de las instituciones más importantes que atienden a los migrantes que llegan a esta ciudad fronteriza, con base en mi experiencia como voluntaria hace algunos años en la Casa del Migrante y mi quehacer de investigación sobre migración indígena a esta frontera, me interesa rescatar la perspectiva "espiritual" de esta colaboración.

En balance a los dos trabajos anteriores, éste toca dos aspectos que pueden ser experimentados por cualquier ser humano: la vulnerabilidad y la posibilidad de dar o compartir. Cualquiera de nosotros ha experimentado en diferente grado la soledad y la nostalgia por los seres queridos o bien por la tierra donde nacimos o crecimos. En esta vía se expresa el estado de vulnerabilidad del migrante a través de una de sus fibras más humanas: la capacidad de experimentar la fe religiosa. Los estudios sobre migrantes han mostrado la crisis que experimenta una persona que por diferentes razones tiene que abandonar su tierra, su casa y su familia. Y lo vital que ha sido en la historia migratoria encontrar vínculos sociales que otorguen un soporte emocional-afectivo al migrante. La vulnerabilidad del migrante no sólo se expresa en su dimensión económica, política y social, sino también emocional. Como lo subraya Gianni Fanzolato, el sufrimiento que acompaña la experiencia migratoria puede ser tal que el migrante puede entrar en estado de enajenación y desorientación permanente. En mis propios estudios con migrantes oaxaqueños a esta frontera, he encontrado que las redes de migrantes permiten fortalecer vínculos sociales y afectivos que evitan estados de desintegración de la identidad étnica. Llegar a un lugar donde se es bien recibido, donde se ofrece un alimento, una palabra de aliento, una orientación, es recordado por los migrantes como una de las mejores cosas que les ha pasado en su travesía migratoria.

Por ello, las tareas de instituciones civiles o religiosas como la Casa del Migrante, son ejemplares y pioneras en este servicio a los migrantes y a la sociedad en general. Su trabajo nos muestra cómo es posible actuar desde un espacio institucional-religioso modesto por la transformación de las relaciones sociales de exclusión de los migrantes y en la promoción de una ética humanitaria que oriente la vida social moderna. En cierta medida, desde otro campo de acción, este ensayo recupera la preocupación que Raúl Ramírez plantea en su ensayo, al cuestionar el tipo de sociedad que perfila el Estado norteamericano, -y creo que también el mexicano-, priorizando una ética y moral que antepone la seguridad nacional, a los derechos humanos.

     Finalmente quiero hacer una reflexión general sobre este primer número. Esta colección de ensayos no sólo ofrece perspectivas teóricas y metodológicas distintas sobre la migración, sino además nos permite acercarnos a formas distintas de producir conocimiento sobre el mismo fenómeno migratorio. Cada uno de los autores escribe desde un posicionamiento distinto respecto al tema que está tratando, ya sea que hable de la migración y la pobreza, la migración y las políticas del Estado o del camino de la pastoral migratoria. Es decir, mientras el primero es un trabajo de un investigador que hace una sistematización de las perspectivas teórico-empíricas desde las cuales se ha estudiado la migración en su relación con la pobreza, el segundo es el de un intelectual defensor de los derechos humanos que reflexiona sobre los antecedentes, alcances y consecuencias de las nuevas políticas de migración desde el campo de la confrontación política y el quehacer cotidiano de la lucha por los derechos de los migrantes, así como el texto del Padre Fanzolato reflexiona sobre la migración, teniendo como fuente su propia experiencia en la atención de los migrantes, como parte de su labor pastoral. Pero no sólo el cuaderno Bordo: Retos de Frontera nos aporta las reflexiones sistemáticas y bien documentadas de distintos actores en la región, en el formato clásico de artículo, sino también a través del ensayo fotográfico.

Dejé al último la colaboración de David Maung por su naturaleza estética y documental. El conjunto de imágenes fotográficas contenidas en este primer número de la revista aportan un conocimiento sobre la migración de mexicanos a Estados Unidos que sólo es posible alcanzar a través la experiencia estética y documental. Cuántas palabras necesitaríamos para describir todo lo que experimentamos al contemplar el conjunto de fotografías que nos ofrece David Moung, como la de una familia que cruza el bordo como si fueran de día de campo, la del oficial de la patrulla fronteriza que se asoma por la barda como si estuviera en la puerta de su casa, o bien el rostro de los hombres que eternamente esperan para cruzar. Pero además, la posibilidad de documentar la migración internacional a través de imágenes fotográficas nos permite acceder a dimensiones del fenómeno que no habían sido contempladas en los artículos escritos: la participación diferencial por género y edades, la migración en grupo y la cotidianidad en el "bordo" entre migrantes y agentes de la patrulla fronteriza (la espera, las persecuciones, la vigilancia, la construcción de la barda, el cruce familiar, etc.). De tal forma, se reconoce el valor del conocimiento generado en una multiplicidad de espacios y perspectivas regionales: el académico, el político, el comunitario-religioso y el artístico.

Desde mi punto de vista una de las principales novedades y aportes de la publicación está en su diversidad no sólo temática, teórica y metodológica, sino también de las voces de actores sociales que nutren este espacio editorial de diálogo y búsqueda de soluciones. Sólo me queda felicitar a los directivos de la institución, al director de la revista, a los colaboradores y a toda la comunidad universitaria que contribuyó para la producción y circulación de esta revista.

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Posted on

February 16, 2015