Centros y fronteras: una interpretación de las centralidades urbanas en Tijuana 1889-2000

"Centros y fronteras: una interpretación de las centralidades urbanas en Tijuana 1889-2000".

Por: Mtro. Jesús Aguilar Nery

1. Introducción.

     Cuando uno evoca el centro de la ciudad en América Latina, dos imágenes suelen atraerse: aquella de la plaza mayor, de palacios e iglesias y las imponentes fachadas de viejos barrios coloniales; o aquella de grandes rascacielos ubicados a lo largo de amplias avenidas.

     En lo que se refiere a las antiguas colonias españolas, de acuerdo con Monnet (1994:83), las funciones antiguas de este espacio son bien conocidas. La gran plaza ponía en escena los poderes instituidos por la maquinaria colonial. El cuadrilátero era generalmente formado por las representaciones monumentales de la autoridad real (el palacio del virrey, del gobernador), del poder municipal (sede del ayuntamiento), la iglesia (catedral, conventos de ordenes de franciscanos, dominicos, etc.) e intereses mercantiles (sedes de corporaciones, portales comerciales). La explanada era alternativamente ocupada para el comercio cotidiano, las procesiones religiosas, los desfiles militares y algunas festividades populares. Esta organización espacial correspondía a los objetivos precisos de la colonización: control de las almas, la mano de obra, los flujos de bienes y dinero.

     En este trabajo propongo una exploración acerca de la dinámica histórica de la centralidad urbana, no de una de esas poblaciones de origen colonial, sino de una de esas poblaciones fundada apenas a fines del siglo XIX por unos particulares en la franja fronteriza de México: Tijuana. Entendiendo la cuestión de la centralidad como una historia de las intervenciones espaciales, y más generalmente, de las políticas de uso del espacio urbano, es decir, de la producción social de territorios centrales (Piccinato 1983, Low 1996).

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