"Migra, coyotes, paisanos y muertitos: sobre la analiticidad y el sentido de ciertos factores de la migración clandestina en la frontera norte".



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"Migra, coyotes, paisanos y muertitos:
sobre la analiticidad y el sentido de ciertos factores
de la migración clandestina en la frontera norte".

Por: Dr. Guillermo Alonso Meneses.

     Claude Lévi-Strauss señaló en cierta ocasión que la etnología o antropología es la heredera atormentada de varias corrientes de pensamiento heterogéneas. Ésto explica que muchos antropólogos investiguemos comportamientos exóticos, marginales, clandestinos o usemos palabras que otros no usan habitualmente. Quienes hacemos "antropología sociocultural", el análisis de casos individuales de interacción social contextualizados en marcos culturales, intentamos explicar por qué la gente hace lo que hace. O, lo que es lo mismo, analizamos la dimensión simbólica del comportamiento humano, la estructura invisible que le imprime lógica y sentido a las costumbres y a las acciones. Porque todo comportamiento expresa una visión del mundo y una actitud frente a la vida y frente a las personas; los gestos y palabras que lo componen condensan significados, datos simbólicos que explican la razón de ser de las cosas que hacen las personas. Todo ésto significa que la cultura o lo cultural es el concepto vertebral, la columna, sobre la que se apoyan todos nuestros análisis.

     Aceptado ésto, la pregunta lógica es, ¿y qué debemos entender por cultura?; existen cientos de definiciones. El concepto que suelo manejar, de clara inspiración weberiana, es de C. Geertz:
Un esquema históricamente transmitido de significaciones representadas en símbolos, un sistema de concepciones heredadas y expresadas en formas simbólicas por medio de los cuales los hombres comunican, perpetúan y desarrollan su conocimiento y actitudes frente a la vida (1992).

     Voy a intentar explicar brevemente qué significa ésto. Berger y Luckmann afirmaron: "La sociedad es un producto humano. La sociedad es una realidad objetiva. El hombre es un producto social" (1989: 84). Este enunciado es epistemológicamente clave para comprender lo que digo, pues fundamenta las bases de la analiticidad de lo sociocultural tal como lo concibo. Y es que la sociedad y el hombre son realidades objetivas porque ambos son "artefactos culturales" (Geertz). Mi concepción de la antropología debe leerse a la luz de estos enunciados. La migra, los coyotes, los paisanos y los muertitos son, primero que nada, seres humanos. Pero, asimismo, productos de sus respectivas sociedades y, por tanto, a efectos analíticos, son artefactos culturales. Es decir, sujetos simbólicamente configurados o culturalmente modelados, que en y con sus valores, creencias y comportamientos vehiculan (transportan) su forma de ser: representaciones mentales, «visiones del mundo», actitudes frente a la vida (Geertz), capital cultural y social (Bordieu). Todo lo cual se manifiesta empírica o públicamente con el lenguaje, los conocimientos, las creencias religiosas, las costumbres, hábitos, acciones, etc. Estas referencias culturales, que se enseñan o aprenden, guían a las personas para/al enfrentar la vida, traducirla y actuar.

     Antes dije que hago "antropología sociocultural" porque lo social (y/o individual) y lo cultural son dos dimensiones de un mismo fenómeno/realidad: la humana. No hay cultura sin ser humano ni ser humano sin cultura. Ésto explica por qué los antropólogos investigamos a los otros y a nos(otros); qué hacen o dicen las gentes de culturas exóticas o nuestros vecinos. La antropología se ha desarrollado estudiando la vida del ser humano desde una óptica amplia, tolerante y respetuosa con las diferencias, para explicar por qué los aspectos fundamentales de la vida cambian de una cultura a otra. Para ésto ha buscado claves y perspectivas que expliquen lo humano en su realidad sociocultural1. Al respecto, a mí me gusta lo propuesto por Alberto Cardín que, acercándose a la concepción de antropología de Marcus y Fisher, que la definen como crítica cultural vinculándola con la Escuela de Frankfurt, el marxismo crítico y el surrealismo nos acabó señalando:
El compromiso del antropólogo, como crítico cultural, es con la adhesión a una práctica y un saber acumulado que hablan de la dificultad de traducir experiencias ligadas a contextos concretos, y de la tenacidad de las representaciones mentales y las «visiones del mundo» frente a los cambios tecnoeconómicos. Diríase que, frente a la concepción historicista ingenua (que es la más general y espontánea, y la que la experiencia histórica más reciente mejor desmiente), el antropólogo se erige en testigo de la forma cómo las sociedades se aferran a sus formas de ver el mundo tradicionales, las solapan frente a la dominación tecnoeconómica y política foráneas, y las trasforman anecdóticamente para mejor conservar su estructura (Cardín, 1990: 13).

     Ahí me posiciono: el antropólogo como crítico cultural2 . Plenamente consciente de que no hay crítica sin criterios explícitos. Y es que la antropología, en el fondo, consiste en "buscar el criterio que mejor explique el hecho estudiado" (Caro Baroja, 1949: 113). Sin olvidar lo propuesto por Zulaika: el distintivo de una explicación antropológica debe ser capaz de abarcar también los fundamentos inconscientes de una costumbre, creencia o institución (1990a: 406). En síntesis, quiero comprender y traducir a un lenguaje teórico las experiencias de los migrantes que pasan clandestinamente desde México a EEUU. Partiendo del criterio de que sus representaciones mentales y sus «visiones del mundo» (Cardín), las maneras de ver la vida que tienen interiorizadas (consciente e inconscientemente), son un factor fundamental de su comportamiento en la frontera. Porque influyen en la percepción de los peligros y en la decisión de asumir riesgos. Ésto sólo puede demostrarse obteniendo indicios, hechos y datos empíricos (acaso flotantes e inestables) de naturaleza simbólica, muy vinculados a su ethos3 .

     Los (f)actores que quiero analizar aquí la migra, los coyotes, los paisanos y los muertitos son seres humanos, sujetos a una dimensión sociocultural que rige su conducta y toma de decisiones, ya sean conscientes o inconscientes. Ésto debe tomarse como una precondición teórica que legitima el análisis. Las consecuencias de sus acciones son hechos sociales y, por tanto, un factor que influye en las conductas de otros actores. Y detrás de las acciones hay una "gramática cultural" que reglamenta su conducta. Al descifrarla, se contextualiza el significado o el sentido de esas conductas y se hace visible la lógica que mueve a los actores.

     Por otro lado, nunca debemos olvidar que toda investigación debe evaluar los conceptos y categorías que le servirán de fundamento. Ésto es, debemos comprobar la analiticidad de conceptos y categorías (cuerpo y complexión, diría Zubiri) tanto teórica como empíricamente. La analiticidad que aquí busco probar, en el sentido de calidad analítica conceptual-categorial y de capacidad de análisis empírico-fenomenológico, se refiere a los 4 (f)actores precitados. Si les doy prioridad analítica en la frontera intercaliforniana es porque creo que son piezas básicas del fenómeno migratorio general.

     La analiticidad de un concepto radica en su capacidad para darle cuerpo a una realidad, fenómeno o hecho, delimitando con precisión las partes que lo integran. El concepto habla de los órganos o rasgos generales y las categorías concretan las características particulares de esos órganos o rasgos. De un concepto puede derivarse una categoría que haga hincapié en una parte concreta, o viceversa, una reconceptualización fruto de desarrollar las potenciales dimensiones categoriales. El investigador puede utilizar conceptualizaciones hechas por otros colegas. Otras veces necesita precisar aspectos que le interesan, categorizando un aspecto concreto del concepto por necesidad analítica, o derivando un marco categorial a partir del fenómeno conceptualizado. Incluso hay ocasiones en las que hay que reconceptualizar desde cero, subrayando contenidos categoriales más actuales, más pertinentes o más concretos.

     Otra dimensión del análisis que estoy haciendo viene dado por el sentido que tienen o llegan a condensar los conceptos y las categorías. La Border Patrol o migra son 2 palabras que significan lo mismo y aluden a un concreto funcionario del INS. Pero, a un lado de la frontera o a otro, adquieren un sentido distinto. Para el presidente de EEUU la Patrulla Fronteriza tiene un sentido positivo y para un coyote la migra tiene un sentido totalmente diferente. De la misma manera que la migra o los coyotes no significan lo mismo para un michoacano con experiencia migratoria múltiple que para un Hñahñú del Mezquital (Estado de Hidalgo) que migra por primera vez. De ahí la necesidad de conocer los sentidos del significado y los significados del sentido, referidos a conceptos y categorías.

     La migra, los coyotes, los paisanos y los muertitos son 4 tipos de actores sociales, que internamente difieren en función de variables tales como sexo, edad, estado de procedencia, educación escolar, capital sociocultural, etc. Ésto habla de una compleja, o difícil de manejar, heterogeneidad de individuos dentro de esas 4 categorías. Porque tienen distintas maneras de ver el mundo, distintos valores, diferentes formas de reaccionar o comportarse ante similares situaciones, etc. Esta heterogeneidad es evidente cuando vemos que no siempre se comportan como cabría esperar. Por ejemplo, miembros de la Patrulla Fronteriza juzgados por corrupción, coyotes que abandonan a sus clientes, polleros que le cobran más a unos migrantes que a otros, paisanos que intentan cruzar sucesivamente por 3 ó 4 lugares diferentes, muertes debidas a factores distintos: hipertermia, hipotermia, ahogamiento, asesinato, etc.

     Estos 4 actores sociales tienen que ser conceptualizados y categorizados, a partir de sus componentes básicos. Así, los elementos de la Border Patrol tienen uniforme, van armados o sus actuaciones deben ceñirse al reglamento de la institución y apegarse a las leyes federales. Los coyotes (y/o polleros) se presentan como expertos en el traslado clandestino al otro lado, pero son concebidos por las autoridades mexicanas y de EEUU como traficantes de personas: un delito tipificado. Los migrantes indocumentados quieren pasar a EEUU, generalmente en busca de trabajo, sin cumplir los requisitos necesarios. Constituyen el grupo más heterogéneo por edad, sexo, lugar de origen, etnia, conocimiento de las tácticas de la migra, por la información y dinero que manejan para contratar un coyote, etc. Su heterogeneidad ya fue señalada: "The inmigration undocumented are an extremely heterogeneous population" (Cornelius, 1982: 395).

     Esta heterogeneidad de los actores y de sus interacciones produce complicados problemas analíticos, conceptuales y categoriales si queremos hacer distinciones. Hay polleros honrados y coyotes que abandonan a sus pollos. Hay migrantes con experiencia en cruzar la frontera (no sólo en brincar la barda) y otros que no la tienen. Unos tienen dinero y el apoyo de una red familiar o social y otros no; unos proceden de medios rurales o son indígenas y otros provienen de ciudades y tanto su fenotipo como su vestimenta les permite pasar desapercibidos. Incluso ha habido muertos en los 3 "bandos". Por tanto, estos conceptos y categorías deben manejarse con flexibilidad, para poder conectarlos, sumar información y manejar aspectos complejos o matices significativos. De lo contrario se desvirtúa el concepto mismo de concepto y, por ende, de análisis.

     Es difícil por otra parte entender, que los conceptos son a la vez móviles y dialécticos. Y sin embargo lo son. Los conceptos varían a lo largo del tiempo. Es más, los conceptos se definen entre diálogos y debates. Sacar los conceptos de su historia dialogal pasada y actual, sacarlos del debate que sobrevive o del debate que nace es como quitarle el aire al pájaro o el agua al pez. Conceptos y definiciones son históricos y dialógicos. Comprenderlos implica comprender su génesis y las oposiciones y afinidades que expresan. Ningún concepto es "el concepto" a comprender; ninguna definición es "la definición" a comprender (González Casanova, 1999:10).

     Las unidades de análisis o (f)actores sociales que aquí privilegio, responden a una dimensión conceptual, categorial y empírica. La Migra es el primer actor social que enfrentan los migrantes indocumentados y coyotes una vez pisado territorio de EEUU. Extraordinariamente pueden enfrentarse a otros actores estadounidenses que los denuncian o agreden. Los casos de individuos que disparan contra los migrantes hiriéndolos o asesinándolos están sobradamente documentados. El año pasado (2000) tuvieron bastante eco en los medios de comunicación los rancheros cazaindocumentados de la frontera con Arizona4. Aunque en nuestra zona de observación no son un actor social activo. Formalmente, el término "Migra" es una simplificación producto de una aféresis y una síncopa. Como los agentes de la Patrulla Fronteriza dependen del INS (Immigration and Naturalization Service) que a su vez depende del Departamento de Justicia, ellos y otros miembros de ese servicio eran los de Inmigración y, así, acabaron en Migra. El cometido de este cuerpo es:
The primary mission of the Border Patrol has remained unchanged to detect and prevent the smuggling and unlawful entry of undocumented aliens into the United States and to apprehend those persons found in the United States in violation of the Immigration laws5.


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Posted on

February 16, 2015