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EDUCACIÓN, MIGRACIÓN Y NEOLIBERALISMO Juan Bañuelos Torres Los resultados del programa neoliberal han sido mixtos. En algunos casos son positivos, pero a la vez frágiles como son los casos de control de la inflación, las tasas de interés, el tipo de cambio, equilibrio presupuestal, reserva de divisas y protección contra perturbaciones financiera externas. Se ha logrado incrementar significativamente el comercio exterior, y se compite por fondos financieros internacionales. Se han logrado pasar las crisis económicas sexenales, las devaluaciones bruscas y se mantiene una estabilidad macroeconómica. Los resultados negativos son sólidos y difíciles de revertir. Lo observamos en la pérdida significativa del poder adquisitivo de la moneda, falta de oportunidades de empleo, salarios deteriorados. Al tiempo que se opera el programa, se da un proceso de desnacionalización, muchas empresas quiebran por falta de recursos financieros o son adquiridas por empresas extranjeras; las que sobreviven sin ser vendidas tienen serios problemas en el mercado porque su tecnología es prácticamente obsoleta. El modelo económico neoliberal, tal como fue implementado en nuestro país desde hace 20 años, le apuesta a los capitales extranjeros como estrategia para el desarrollo económico. Lo nacional poco o nada importa. Estamos convirtiendo a México en un país maquilador. La falta de recursos financieros suficientes, conduce a atrasos y rezagos muy importantes en los sectores sociales como la vivienda, salud y educación. El asignarle una mayor cantidad de recursos financieros al sector educativo, que cuando menos alcance a lo recomendado como mínimo por organismos internacionales, está sujeto tanto a la tendencia que sigan las reformas estructurales, especialmente la fiscal, como a su efectividad y tiempo de maduración necesario para lograr tasas de crecimiento económico de cuando menos 6% anuales. El futuro de la educación en México parece ser incierto en el corto y mediano plazo. Aun si las reformas se llegasen a realizar de la manera que más convenga a los mexicanos, o incluso si el gobierno decidiera quitarle los filos a la política neoliberal, el retraso educativo es tan grande que se llevará tiempo poder incrementar los niveles de educación. Con reformas estructurales o con cambio de modelo económico por uno más humanista que atienda las necesidades sociales de los mexicanos, se tendrían resultados más favorables. Sin embargo, los cambios no se ven a corto, mediano o largo plazo, pero lo que sí es seguro, es que existe lo incierto en lo educativo y lo social. México necesita de un programa y una estrategia política, económica y social que vaya más allá de los partidos políticos, más allá de un régimen sexenal. Un programa incluyente en el que quepan todos los mexicanos, los que se quedaron en México y los que emigran a Estados Unidos y a otros países; que se logren tasas de crecimiento económico sostenidas y sustentables; que sus beneficios sean distribuidos entre la mayor parte de los mexicanos y no en unas pocas manos; que se brinde una estabilidad financiera basada en la producción y en la productividad. La Política neoliberal no garantiza ni en el corto, mediano o largo plazo una estabilidad financiera. La inversión especulativa, la inversión en bolsa, los capitales golondrinos, siempre estarán atentos a cualquier señal equivocada que se mande a los mercados, por lo que estarán listos para salir del país, sin ninguna consideración y provocando inestabilidad total. En cambio, las remesas de dólares de nuestros migrantes son seguras y siempre van en crecimiento. Siempre llegarán a México. Estas remesas ya ocupan el tercer lugar como fuente de divisas del país y representan 1.5 % del Producto Interno Bruto. La magnitud de las mismas constituye un factor importante de estabilidad financiera, en la disponibilidad de divisas y en la estabilidad del tipo de cambio. Las remesas de los emigrantes, de "los de allá", de los que se fueron, también tienen efectos directos, permanentes e importantes en el nivel de consumo. Cerca de dos millones de hogares mexicanos depende total o parcialmente de estas remesas. Podemos afirmar que la magnitud de las remesas afecta considerablemente el nivel de consumo nacional, y a su vez impulsan el crecimiento económico. La política neoliberal concentra la producción de riqueza en pocas manos y empresas nacionales y/o extranjeras, los efectos de las remesas de emigrantes no. La política neoliberal deprime los salarios, las remesas de los migrantes no; la política neoliberal fomenta una economía ficticia, de casino, especuladora, la remesas de los migrantes no. La realidad es que la emigración de mexicanos hacia Estados Unidos, constituye una especie de "mano invisible" que regula el mercado del trabajo, apoya la estabilidad financiera y fomenta el crecimiento económico en México. El futuro de la educación en México y por lo tanto, de los que seguirán emigrando, dependerá de las estrategias de política económica que el gobierno siga en el corto, mediano y largo plazo. Estrategias que a la vez que generen estabilidad financiera y económica, logren hacer crecer la economía, las oportunidades de empleo y la recaudación fiscal. Una buena educación es lo mínimo a lo que tiene derecho a aspirar los mexicanos tanto los de aquí como los que se fueron. Tenemos que educarnos para entendernos, los de aquí de México entre nosotros, para poder formar parte en la toma de decisiones de nuestro país. También, tenemos que entendernos con los de allá, los que emigraron o que nacieron fuera de nuestro país pero que conservan su cultura. Ellos ya aportan mucho en todos los campos de la vida mexicana, y cuando puedan votar influirán en los destinos de nuestro país. Conclusiones La política neoliberal descrita, es en gran parte responsable de los retrasos en materia educativa en México al no poder generar los recursos financieros de inversión que requiere este sector. La falta de recursos financieros para invertir en el sector educativo, es consecuencia directa de la falta de una reforma fiscal profunda y de un crecimiento muy lento de la economía mexicana en los últimos 20 años. Tenemos que trabajar en forma individual, en forma institucional y gubernamental para resolver muchos de los problemas educativos y sociales que tenemos en ambos lados de la frontera. Parte de la solución estriba en buscar la manera de conservar los valores culturales que enriquecen al pueblo mexicano y que nuestros emigrantes exportan a donde vayan. Es importante mantener el idioma español y dominar el inglés en ambos lados de la frontera, porque el idioma es un símbolo de identidad. La realidad que se nos presenta en la frontera, es que cada vez más es una región bicultural; particularmente la zona Tijuana-San Diego es más multicultural, por lo que debemos impulsar una educación que contemple estas realidades. Tenemos que estudiar y conocer los nuevos valores adquiridos de los que se fueron, sus gustos, preferencias, su formación en el trabajo, sus experiencias técnicas, educativas, científicas así como entender la forma en que interactúan con los que se quedan. Tenemos que expresar y aceptar nuestras diferencias, y buscar los puntos de interés común que nos permita avanzar en lo económico, político, cultural, educativo. Es necesario organizar y participar más activamente en actividades tendientes a fortalecer la comunicación con grupos de mexicanos, o descendientes de mexicanos residentes en Estados Unidos. Los congresos mencionados son un buen ejemplo a seguir, así como el de establecer intercambios constantes con pedagogos, políticos, artistas, músicos, estudiantes, técnicos, y otros con el propósito de dialogar, de entender y de desarrollarnos con armonía en todos los niveles. BIBLIOGRAFIA Denise, D. (2002). Año 77, Nún. 20, "Perder la guerra, ganan la batalla", La Opinión. Fox, V. 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