"Discurso de bienvenida Foro Universidad y cambio de época (UNICAM) 2005"*



Introducción

Contenido

Participantes


"Al filo de la fe:
La migración como metáfora de la vida espiritual"


Daniel G. Groody(1)

El empuje del programa proviene de un retiro de inmersión de cuatro días que termina fungiendo como la base fundacional de sus experiencias religiosas. Los fines de semana empezaron como retiros del movimiento cursillista pero se fueron modificando para que tuviesen una relación más estrecha con la experiencia particular de los inmigrantes. Un equipo de más de sesenta personas trabaja para llevar a cabo el retiro, creando una serie de rituales que incluyen música alegre, comidas con muchos platillos, una atmósfera de fiesta, regalos hechos a mano, presentaciones de temas establecidos, servicios sacramentales, presentaciones en video, y pláticas testimoniales. Estas dinámicas terminan creando un contexto en el cual los participantes pueden vivir un proceso personal de liberación que les permite vivir una gama de sentimientos y emociones incluyendo el amor, la felicidad, la tristeza, la paz, y la gratitud, entre otros.

La espiritualidad del programa es profundamente "comunitaria". No solo pone el énfasis en la "conversión personal" sino también, y ante todo, en la "conversión de la comunidad", en el pertenecer a una pequeña comunidad cristiana con la que uno puede enfrentar las dificultades de la vida diaria en comunidad. Mientras que algunas de estas comunidades nacen en el retiro, otras tienen más de treinta años o más reuniéndose semanalmente. En las reuniones leen las Sagradas Escrituras, reflexionan sobre sus vidas a la luz de las Escrituras, y comparten una comida. Estas comunidades tienen un gran parecido con los cristianos primitivos que "se mantenían constantes en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones." (11)

Como inmigrantes es normal que se sientan "como forasteros en tierra extraña". Ante este reto los miembros del programa han construido un santuario y una casa de retiros que refleja su propia herencia religiosa, cultural y espiritual. El santuario consiste en una plaza amplia al estilo azteca, una pirámide mesoamericana gigante, una cruz a lo alto, y estatuas de San José en Egipto, Nuestra Señora de Guadalupe, y Juan Diego. La historia de San José y la Sagrada Familia, que emigró a Egipto, hace eco en sus propias vivencias de migración; en la historia de la Virgen de Guadalupe y Juan Diego ven su propia experiencia de marginación y fortalecimiento; y en la historia de Jesús ven su propia experiencia de cargar su cruz, aunada a la esperanza de un futuro pleno de gracia.

Finalmente, este programa es de naturaleza misionera. Es un estrechar de brazos para invitar a aquellos que muchas veces ya no quieren nada que ver con la Iglesia, o lo que sucede más seguido, temen ya no poder ofrecerle nada. También es más que un programa interno de renovación; es un programa que invita a todos a formar parte de una comunidad y a descubrir curación y reconciliación. Para muchos de estos inmigrantes, el programa toca los anhelos más profundos del corazón, no solamente aquellos del intelecto, sino al final de cuentas aquellos enraizados con su razón misma de existir, no sólo en cuanto a un sentido de realización personal, sino en cuanto un sentido de hacer una contribución duradera para el bien de otros, que los ayude a ser mejores hombres y mujeres. Tres partes específicas del retiro que le han ayudado a los inmigrantes a enfrentar los retos diarios de sus vidas son una comunidad que les da la bienvenida, un banquete festivo, y un horizonte de esperanza.

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Posted on

February 16, 2015