En Torno al Modelo Educativo Ignaciano



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En Torno al Modelo Educativo Ignaciano


Carlos Casas Martínez, s.j.

3.  Las dimensiones de justicia, cultura y diálogo (incluido el ecuménico e inter-religioso) son en todas las universidades algo bien explícito con logros de diversa índole. Pero la dirección es la indicada por las dimensiones actuales de la visión ignaciana. Particular énfasis se da en el diálogo inter-religioso, atención a la diversidad y la inculturación, en Asia, Estados Unidos y Europa. Esto puede verse a través de la web en las home pages de estas universidades. Todos, sin embargo, necesitamos educar a nuestros jóvenes en el respeto y la tolerancia a otras creencias religiosas, culturas y situaciones. Ellos necesitan conocer otras religiones y culturas y participar en sus celebraciones sociales. Según la CG 34 debemos fortalecer en nuestros centros la cultura del diálogo entre grupos diferentes, de modo que nuestros alumnos aprendan a vivir en armonía con todos ellos. Al mismo tiempo debemos clarificar, sin componendas, nuestra propia identidad cristiana y católica. En este contexto, se desarrolla ampliamente el apostolado con los refugiados y desplazados para los cuales se convoca a nuestros alumnos y egresados. Una visita a la página web de este apostolado puede ser bien inspirador para nuestro trabajo universitario. Quisiera recordar que fue el P. Arrupe quien inició este apostolado o ministerio de frontera en la Compañía, por los finales de los 70 y principios de los 80.

4. Es importante anotar que se están realizando investigaciones y hay producción de pensamiento con relación a las áreas propias del conocimiento formal desde la perspectiva ignaciana. Este conocimiento se produce sobretodo por jesuitas que están actualmente vinculados a esas profesiones o que ya en retiro continúan su producción intelectual. Esto aparece claramente en los simposios y congresos anuales que se realizan en diversas partes del mundo. Explícitamente aparece esta reflexión en el área de la administración y los negocios. Por ejemplo, hay ensayos amplios sobre temas como administración y espiritualidad, los Ejercicios Espirituales como una herramienta de administración, la espiritualidad como búsqueda de sentido en los negocios, la solidaridad como sentido de la organización, la espiritualidad en los contenidos de la administración, etc.; todos estos documentos, a disposición de todos, fueron publicados en el Tercer Simposio Internacional sobre el pensamiento social católico y la Administración, tenido en Goa, India, en Enero 10-12 de 1999.

5. Igualmente, se realiza una significativa producción de pensamiento, incluyendo pensamiento alrededor de nuestra identidad ignaciana, en grupos de Jesuitas que se reúnen anualmente. Son grupos de artistas y el arte, ciencia y tecnología, fe y justicia, etc.; en sus páginas web podemos encontrar mucho material producido por ellos y muy inspirador en el sentido indicado. Es importante anotar que asisten a estos encuentros también colaboradores laicos docentes de nuestras universidades y colegas de los jesuitas que trabajan en estos y otros campos apostólicos.

6. Los Medios de Comunicación y la Tecnología moderna han venido a ser también, como nos indica la CG 34, una dimensión propia de nuestros apostolados. Deberíamos sacar provecho de los medios para nuestros propios ideales. Habría que procurar que tales medios formen parte de los currículos. Preparar, en una palabra, a nuestros alumnos para que sean espectadores y usuarios críticos de los medios y de la tecnología moderna. La presencia de los medios y la tecnología nos incita a analizar el nuevo papel del profesor. Los medios son un vehículo claro para la comunicación de valores.

(http://www.jesuit.org/resources/media.html)

7. Dirijamos ahora nuestra atención hacia un punto crucial en esta visión ignaciana: la formación de los docentes o de los laicos que participan en nuestros apostolados, particularmente el de la educación. Ya desde la Ratio se ha considerado al profesor como el personaje clave de la educación y de los valores ignacianos. Pero esto es verdad de modo particular hoy en día, cuando la presencia de los laicos es mayoritaria no sólo por la disminución de los jesuitas sino por el crecimiento enorme de nuestras instituciones educativas. Esta formación se refiere directamente a la formación en el liderazgo y en el liderazgo ignaciano más directamente. Por esta razón, se recomienda que sean tres las áreas particulares que se tengan en cuenta para la formación de todos, incluyendo a los jesuitas: la espiritualidad ignaciana, el liderazgo ignaciano y las habilidades organizativas.

8. En especial, la formación para el liderazgo ignaciano debería tratar acerca del modo de impartir la visión, establecer los objetivos y llevar a cabo la misión. También debería proporcionar formación para promover el diálogo dentro de la comunidad escolar, animar la participación y la toma de decisiones compartida y en el contexto del discernimiento espiritual. Igualmente, todo lo anterior implica preparar a los alumnos para el liderazgo pues ellos serán parte de la nueva sociedad más justa y humana que deseamos ayudar a construir. Existen documentos valiosos desarrollados por los Jesuitas norteamericanos accesibles a través de la web. sobre ignacianidad, liderazgo, espiritualidad ignaciana y pedagogía ignaciana.

 

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Posted on

February 16, 2015