"Discurso de bienvenida Foro Universidad y cambio de época (UNICAM) 2005"*



Introducción

Contenido

Participantes


"Al filo de la fe:
La migración como metáfora de la vida espiritual"


Daniel G. Groody(1)

El reto de ser un inmigrante

Cada día a lo largo y ancho de la frontera entre los Estados Unidos(5) y México miles de inmigrantes indocumentados intentan cruzar a los Estados Unidos. La mayoría va a enfrentar tres retos: dejar su hogar, cruzar la frontera, y entrar a los Estados Unidos. Esposos se quedarán sin esposas, niños sin madres, y ciudadanos sin tierra. A muchos les han robado su dignidad, víctimas de la pobreza dura que encuentran en casa, y terminan como carne de un cañón económico. La pobreza los empuja a emigrar mientras que la esperanza de una vida mejor los atrae a la tierra prometida en los Estados Unidos. Mientras tanto, las políticas de control fronterizo se han vuelto más agresivas, y encausan a los migrantes a cruzar entre las montañas, atravesando desiertos, o nadando canales. En el intento muere uno diario en promedio. Sin embargo, también mueren migrantes más allá de la frontera. Muere uno al día en promedio en su lugar de trabajo, como consecuencia de los trabajos peligrosos que los inmigrantes aceptan en la industria constructora, agrícola y avícola.(6)

De acuerdo con Marx estos inmigrantes indocumentados sienten la marginación en varios niveles de su ser.(7) Se sienten marginados de sus familias, de su cultura, de sus iglesias, y aun de sí mismos. Pero aún así estos inmigrantes no tienen el tiempo libre necesario para hacerse preguntas abstractas sobre el modernismo, el post-modernismo, el deconstructivismo, y el existencialismo. Sus preguntas son mucho más sencillas y esenciales: ¿Cómo puedo darle de comer a mi familia? ¿Cómo voy a poder sobrevivir el cruce de la frontera? ¿Voy a encontrar trabajo? ¿Cómo me van a tratar? ¿Voy a poder aguantar el sufrimiento y la opresión? ¿Tiene sentido mi vida? ¿Le importa incluso a Dios por lo que estoy pasando? Nunca es fácil creer, especialmente cuando se trata de creer en un Dios de la vida cuando uno es sujeto diariamente a las fuerzas deshumanizadoras, a la indignidad, e incluso a la muerte. Mientras que gran parte del mundo moderno batalla con la pregunta de que si cree o no en Dios en medio de una sociedad cada vez más secular, los pobres, como estos inmigrantes, sufren con un problema aun más fundamental: creer en un Dios personal en medio de un mundo que los trata como no-personas.(8) Muchas veces lo que les representa un reto mucho mayor que creer en Dios es creer en sí mismos, especialmente cuando el resto de la sociedad los trata como personas desechables, carentes de valor alguno. Aun así, mientras Marx señala la verdad parcial de que la religión puede contribuir a la experiencia de marginación de estos inmigrantes indocumentados, hay organizaciones como el "Programa Misionero del Valle" que pueden servir como espacios en los que los inmigrantes encuentren salud y fuerza.

El Programa Misionero del Valle

El Programa Misionero del Valle es una organización católica, laico-clerical que se dedica a atender las dificultades personales y la sed espiritual de los inmigrantes mexicanos indocumentados. Su fuerza consiste en su comunidad, un pueblo que ha logrado forjar lazos de amistad espiritual en base a una experiencia religiosa compartida que les ha permitido descubrir la misión compartida de acercarse a otros, que como ellos, se encuentran varados y marginados en la sociedad. El programa refleja la experiencia kerigmática de la Iglesia primitiva y presenta una visión idealizada de la comunidad cristiana por medio de un retiro en el que los participantes escuchan, viven, y responden a la Palabra de Dios. Podríamos incluso decir que estos inmigrantes del Programa Misionero del Valle vienen siendo descendientes espirituales de los primeros cristianos que, como lo comenta San Pablo, no son poderosos, sabios, o nobles según los estándares del mundo.(9) Pero aun entre tal gente han pasado cosas extraordinarias. Por cuestiones de espacio no puedo adentrarme en los detalles del programa, pero sí quisiera subrayar algunos punto que ayudan a los inmigrantes a creer en Dios, aún en medio de las dificultades que enfrentan.(10) Cuatro de las dimensiones eficaces del programa son; 1) el tener una experiencia religiosa como base y fundamento, 2) el crear pequeñas comunidades de base como resultado de la experiencia, 3) el lograr crear un sentido de espacio espiritual y 4) el descubrir un sentido de misión.

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February 16, 2015