"Discurso de bienvenida Foro Universidad y cambio de época (UNICAM) 2005"*
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"Discurso de bienvenida
Foro Universidad y cambio de época (UNICAM) 2005"*
Fernando Fernández Font, S.J.
Ingenuamente se pensó que era posible extraer las riquezas de otros pueblos, sin que eso destruyera la propia felicidad acariciada como fruto del expolio. Se pensaba que era posible arrancar las riquezas naturales de los países y al mismo tiempo mantener a esas inmensas mayorías confinados en sus sitios de origen. Pero esto no fue posible. La explotación de territorios enteros no quedó impune. Las consecuencias pronto se hicieron sentir sobre los mismos expoliadores. Si la riqueza era llevada a unos cuantos países, si el intercambio económico resultó en detrimento de inmensas mayorías, las poblaciones se vieron obligadas a ir justamente a aquel país que, aprovechando su desarrollo y poderío, hurtó inmisericordemente sus propios bienes.
Sin duda este fenómeno que actualmente ha tomado dimensiones desproporcionadas y que ha invadido de dolor y sufrimiento a los pueblos de nuestra América, nos ha obligado a detener la marcha. "La realidad nos da qué pensar", señala Zubiri. Sin embargo, la cuestión no puede quedar ahí. Si la realidad nos obliga a pensar es porque -como añade este filósofo- también nos obliga a "hacernos cargo de ella", "a cargar con ella", "a encargarnos de ella".
Y para eso estamos aquí. No reflexionamos porque la investigación pudiera tener en sí misma su propio fin. El sentido último de la reflexión no se agota en sí y, mucho menos, en una Universidad como ésta -miembro de la red de universidades jesuitas- y desde las intenciones del grupo aquí convocado: nuestro esfuerzo no puede quedarse en el solo debate de las ideas.
Peter Hans Kolvenbach, Padre General de la Compañía de Jesús, en una charla a las instituciones de Educación Superior de los Estados Unidos afirmó con toda contundencia:
"…Todo el conocimiento que se adquiere en la universidad es valioso en sí mismo, pero es además un conocimiento que tiene que preguntarse 'a favor de quién y a favor de qué..." "En nuestro caso de jesuitas -continua-, el punto de vista, por preferencia y por opción, es el de los pobres. Por eso el compromiso de nuestros profesores con la fe y la justicia conlleva un desplazamiento significativo del punto de vista y de los valores elegidos. Al adoptar la perspectiva de las víctimas de la injusticia, nuestros enseñantes buscan la verdad y comparten esa búsqueda y sus resultados con nuestros estudiantes…: cuando investigo y enseño, ¿dónde y con quién está mi corazón?".
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