EL FLUJO CENTROAMERICANO(1) IRREGULAR CON DESTINO A LOS ESTADOS UNIDOS: LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA VULNERABILIDAD



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EL FLUJO CENTROAMERICANO(1) IRREGULAR CON DESTINO A LOS ESTADOS UNIDOS: LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA VULNERABILIDAD


Vladimiro Valdés Montoya, S.J.

La crisis mundial del petróleo de 1974, también tuvo sus efectos en estas pequeñas economías, hasta la fecha altamente dependientes de la importación del mismo. Por otro lado, la producción agrícola fue perdiendo paulatinamente su participación en el producto interno bruto, lo cual habla de una crisis permanente de este modelo económico.

La crisis de la deuda de los años ochenta, de la llamada década perdida, tuvo fuertes implicaciones en el orden social en Centroamérica: la adopción de medidas de ajuste provocó, entre otras cosas, la reducción en cantidad y calidad, de los ya de por sí históricamente deficitarios servicios públicos y sociales(26).

Otro ingrediente de la crisis en la región fue la fuerte caída de los precios de los productos agrícolas de exportación entre 1978 y 1983, a la par del aumento creciente de los precios de los artículos de importación, especialmente los energéticos (Castillo/Palma, 1996: 81).

No existe información disponible acerca de la evolución de la distribución del ingreso para cada uno de los países de la región. Por esa razón no es posible afirmar que la misma haya sufrido transformaciones sensibles a lo largo del tiempo, en una u otra dirección. El modelo de desarrollo ha tenido como rasgo recurrente la concentración de sus beneficios en un sector minoritario de su población, a expensas de una condición excluyente de los sectores mayoritarios (Castillo/Palma, 1969: 68).

La única estimación disponible sobre la distribución del ingreso hasta 1978, señala que el 10% más pobre de la población en cada uno de los países centroamericanos percibía entre el 0.8% y el 1.2% del ingreso total. En el otro extremo de la escala, el 5% más rico percibía entre el 23% y el 33% de ese mismo total (Castillo/Palma, 1969: 68).

Si a esto le sumamos los estragos de la guerra y los de la ola neoliberal, tenemos un cuadro que transparenta bastante bien la crisis de empleo actual y la migración como búsqueda de oportunidades de empleo y sobrevivencia.

En América Latina se han firmado 20 acuerdos, bilaterales o multilaterales, de libre comercio. También está en marcha el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que incluiría 34 naciones del continente, excluyendo a Cuba.

En México entró en vigor el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN) el primero de enero de 1994(27), el mismo día del levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).

Firmado en junio del 2000, el primero de enero del 2001 entró en vigor el tratado del Triangulo del Norte, entre México y El Salvador, Honduras y Guatemala. Además, México tiene acuerdos de libre comercio con Costa Rica -1994-y Nicaragua -1997-.

Actualmente se encuentra en curso el proceso de negociación para establecer un TLC entre Estados Unidos y Centroamérica, que se espera concluya en un año.

Todos estos tratados excluyen el tema de los tramis, el impacto social de los mismos, y un mecanismo de seguimiento y evaluación de dicho impacto. Y no registramos, hasta ahora, signo alguno que nos indique que en los próximos tratados de libre comercio se le vaya a dar un trato diferente a este fenómeno (Sandoval, 2001). Pero por otro lado, estos acuerdos continuarán abriendo las fronteras a la comercialización, a los capitales, a las telecomunicaciones y a la cultura de la globalización, con lo que esto puede significar de creación de condiciones y de expectativas de migración para los sectores más afectados con estas políticas económicas.

En este contexto, puede afirmarse que la tendencia a la globalización de los mercados, no presenta escenarios propicios para la reactivación de las economías de los países centroamericanos. Amplios sectores de sus poblaciones no cuentan con las condiciones para insertarse adecuadamente en esos procesos. Las asimetrías en materia de capitales en la región son enormes. Los Estados han sido obligados a reducir drásticamente sus capacidades, a lo cual se suma su dificultad para impulsar reformas fiscales y procesos de reconversión productiva, por lo menos al mismo nivel con que los han impulsado otros países latinoamericanos Castillo/Palma, 1969: 83).

Cuando se analizan las causas de estos flujos migratorios, se tiende a disminuir o a minusvalorar el peso de las variables económicas en sus países de origen y sus asimetrías con los países de destino, pero cuando se intenta buscar soluciones, todo mundo coincide en la necesidad de crear fuentes de trabajo y mejorar las condiciones de vida en los países de origen(28).

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February 16, 2015