EL REVESTIMIENTO DEL CANAL TODO AMERICANO



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EL REVESTIMIENTO DEL CANAL TODO AMERICANO


Edgardo Contreras Rodríguez

Desde principios del siglo pasado y hasta la puesta en operación del CTA, las aguas del Río Colorado se hicieron llegar al Valle Imperial a través del Río Álamo que cruza a lo largo de 80 km por territorio mexicano (María Rosa García sostiene que son sólo 45 km, p. 157). La dotación inicial de agua al Valle de Mexicali, establecida mediante acuerdo privado, fue de 4,478 millones de m³ (Sánchez, V., 2004). Sin embargo, la eventualidad de que México reclamara derechos sobre esta agua preocupó a los agricultores y demás usuarios del Valle Imperial, al no disponer totalmente del control de la corriente (Medina, F. 2004, p. 122).

La construcción de un canal alterno dentro de territorio norteamericano permitiría a los residentes del Valle Imperial "librarse definitivamente de cualquier intervención o interferencia por parte de México que pusiera en peligro su abastecimiento de agua" (Medina, F.,2004, p. 136). Aunque María Rosa García ubica la preocupación de los norteamericanos por la construcción de un canal alterno desde la óptica de la seguridad nacional a raíz de las inundaciones sufridas en 1905-1907 por el desbordamiento de varios ríos, entre ellos el Álamo (García, M., p. 158).

En 1928 el Congreso norteamericano aprobó las construcciones de la Presa Hoover y del Canal Todo Americano. Durante el proceso previo a este acuerdo, la Comisión del Río Colorado, creada ex profeso para la elaboración del proyecto de distribución de agua del Río Colorado aceptable para los siete estados norteamericanos pertenecientes a su cuenca, ignoró completamente los derechos de México al uso de sus aguas aduciendo la inestabilidad política por la que atravesaba el país.

En realidad, la situación política era solo un pretexto, la posición de los representantes norteamericanos en relación a los derechos de nuestro país se resume en el informe del congresista por Arizona, Carl Hayden, que señalaba ante un comité legislativo: "No quiero ver ningún tratado con México hasta que hayamos resuelto nuestros propios problemas en los Estados Unidos. Me opondré a toda clase de derechos mexicanos en el Río Colorado hasta que esté definitiva y totalmente determinado que haya excedentes de aguas en esa corriente para las cuales no hay uso posible en los Estados Unidos" (Medina, p. 120).

En este proceso controversial de repartición de agua entre los representantes de los siete estados norteamericanos involucrados, México fue excluido de la discusión, dejando de jugar un papel activo en la defensa de sus derechos a las aguas del Río Colorado.

Finalmente se construyó el Canal Todo Americano y fue puesto en operación en 1942, a partir de lo cuál México busca un acuerdo con los estados Unidos a fin de garantizar su derecho a las aguas del Río Colorado. Es así como en 1944 se firma el Tratado de Utilización de las Aguas de los Ríos Colorado, Tijuana y Bravo asignándose a nuestro país un volumen anual de 1,850 millones de m³ de agua del Río Colorado.

De acuerdo con M. R. García la firma de este acuerdo entre ambos países fue posible debido a la coyuntura de la Segunda Guerra Mundial donde los Estados Unidos buscaron cultivar relaciones de cercanía con los países del hemisferio occidental, usando, para el caso de México, el agua como instrumento de seguridad nacional (p. 159).

El alto grado de sales que contienen las aguas entregadas a México obliga al gobierno mexicano a buscar un nuevo acuerdo que se concreta en 1973 con el Acta 242 que enmienda el Tratado de 1944. Aunque la parte sustancial del acuerdo giraba en torno a la solución a la salinidad del agua recibida, se incluyó el tema del agua subterránea, comprometiéndose ambos gobiernos a mantenerse informados antes de emprender cualquier proyecto relacionado con este tipo de agua.

El revestimiento del Canal Todo Americano tiene implicaciones directas con el agua subterránea que dejaría de filtrarse a territorio mexicano. En primer lugar habría una reducción del acuífero del Valle de Mexicali de entre un 11% y un 14% del total del agua disponible. En segundo lugar, se incrementaría la concentración de sales en el mismo. Estas dos condiciones determinarían "una reducción de los cultivos menos tolerantes a la salinidad y una acumulación progresiva de estas sales en los suelos con la consecuente pérdida de productividad, así como también la necesidad por parte de los productores de utilizar tecnologías más costosas o, en su caso, mayores volúmenes de agua…" (García, G., pp. 79-80).

Si bien es cierto, como apunta J. L. Castro, la reducción de la recarga al acuífero no va a tener consecuencias inmediatas sino en el largo plazo (Castro, J., 2004, p. 206), en la medida en que se incremente la demanda de agua, en las zonas urbanas de Baja California, concretamente las ubicadas en la zona costa, obligando a recurrir a una mayor explotación del acuífero, o a un cambio en el destino del agua de allí extraída.

El revestimiento del Canal Todo Americano, indudablemente que se inscribe dentro de las políticas de unilateralidad que los Estados Unidos han sostenido en sus relaciones con nuestro país, en la medida que no consideran a México como socio e interesado en las consecuencias de cualquier decisión relacionada con las aguas del Río Colorado que afecten el abasto en territorio mexicano.

Si bien es cierto que se ha estado cumpliendo con la cuota de entrega de agua de los 1,850 millones de m³ anuales, tal como se encuentra establecido en el Tratado de 1944, cualquier modificación de volúmenes de agua cambios de ruta e infraestructura en cualquiera de los dos territorios nacionales debe ser sujeta de discusión y de acuerdos bilaterales.

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February 16, 2015