EL DESAFÍO DE LA INSEGURIDAD EN LA FRONTERA DE TIJUANA



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"EL DESAFÍO DE LA INSEGURIDAD EN LA FRONTERA DE TIJUANA"


Monseñor Salvador Cisneros

Sin embargo, la sociología criminal tiene limitaciones. Entre otras, su incapacidad para encontrar respuestas en el corto plazo. En efecto, debido a que las variables consideradas se refieren a las condiciones socioeconómicas de un país, parecería que no hay nada que recomendar en cuanto a medidas institucionales inmediatas. De aquí surge el inmovilismo respecto de una posible política criminológica.

Por su parte, el enfoque neoinstitucional del crimen, elaborado por Gary Becker(5), señalaba en 1968 que la determinación de delinquir no sólo depende de que el delincuente potencial se vea motivado por el desempleo, el sentimiento de frustración ante la desigualdad y las expectativas económicas desfavorables, sino que incluirá como factor de su decisión el efecto disuasivo real que la sociedad le presente a través de sus instituciones de justicia criminal. Es decir, el crimen prospera allí donde no existen instituciones que lo sepan combatir eficazmente.

Esta interpretación simplifica, tal vez demasiado, las motivaciones de la conducta humana. Supone que los individuos actúan por motivos estrictamente racionales, usando el cálculo y la estadística. Olvida, sin embargo, que una gran cantidad de crímenes son producto de instintos y reacciones con alta dosis de irracionalidad(6).

Por ello últimamente se ha ido conformando un modelo muy amplio de interpretación que integra los mejores aportes y alienta, para enfrentar el crimen, tanto medidas de orden socioeconómico como institucionales(7).

Raíces de la criminalidad

La violencia y la criminalidad representan un fenómeno muy complejo que sin lugar a dudas acompaña la historia de la humanidad y se ha manifestado en múltiples formas. Actualmente, su fisonomía acompaña el estilo y el crecimiento de una civilización con matices ambiguos, en ella existen grandes realizaciones pero también se dan graves carencias y vacíos que alientan resultados alarmantes.

La violencia ha sido explicada desde las estructuras mismas de la naturaleza humana que lleva en sí los gérmenes de la agresividad. Esta interpretación ha de integrar también las dimensiones culturales, sociales, económicas, políticas y psicológicas, propias de todo ser humano.

En el plano económico:

Hemos de señalar la pobreza extendida en muy amplios sectores de la población y que se vive dramáticamente en condiciones de insatisfacción de las necesidades humanas básicas: alimentación, salud, educación, vivienda, etc.

A ella se añade la existencia de profundos contrastes y graves divisiones entre los pobres y los ricos que generan sentimientos de rencor y frustración. El desempleo, que es causa de hondas frustraciones y que genera de forma indirecta drogadicción y alcoholismo, es origen también de muchos crímenes.

En el plano político y legislativo:

Vivimos en una sociedad altamente violenta, en la que comprobamos cada día una sistemática violación de los derechos humanos por parte de autoridades irresponsables y corruptas. Una represión selectiva y generalizada de grupos e individuos que son injustamente marginados. Se ha multiplicado además la presencia de grupos armados, de índole criminal o "revolucionaria" que circulan impunemente por nuestras calles dando la impresión de que la fuerza de las armas es más valiosa que la ley y que la fuerza triunfa sobre el orden público.

 

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Posted on

February 16, 2015