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"Centros y fronteras: una interpretación de las centralidades urbanas en Tijuana 1889-2000".
Por: Mtro. Jesús Aguilar Nery
III. ¿Centro antiguo vs centros modernos?
Cuando una área central se reconoce como antigua, tradicional o histórica, es un fenómeno complejo que implica la institución correlativa de otro espacio como centro "moderno". Pero no son excluyentes, pues las dos nociones nacen al mismo tiempo a partir de los años 70 en Tijuana, pero a partir de los años 50 en América Latina (Monnet 1994).
En el centro de negocios es donde regularmente que se encuentran el barrio nocturno, el principal número de cines, de restaurantes, de bares y otros lugares de diversión asociados a comercios de lujo (ropa de marca prestigiada, joyerías, galerías) situados a poca distancia de los grandes hoteles, de casas de cambio y compañías aéreas. En Tijuana, este centro está cerca de la garita internacional San Ysidro y es aquí donde la mayor parte de turistas encuentran alojamiento, gustan de la gastronomía local y compran souvenirs, lugar frecuentado por empleados de oficina y consumidores acomodados.
En contraste, el centro tradicional tiene una fuerte connotación popular debido a la presencia de comercios y servicios en pequeño, vendedores ambulantes, almacenes populares, baratijas de ocasión y de "segundas". Especialmente en la "zona norte" (adjunta al centro antiguo) existe una concentración de cabarets, bares, salones de baile y espectáculos frecuentados por los sectores populares, sobre todo consumidores nacionales.
En Tijuana la centralidad urbana plantea mutaciones que parecen organizarse siguiendo un eje progresivo de Norte a Sureste partiendo de un núcleo original cercano a la línea fronteriza hacia el centro "expandido" en la Zona Río. La centralidad sigue orientada hacia la línea internacional y las diferencias entre sus núcleos son ya sólo una diferencia de edad. La centralidad urbana en Tijuana parece menos jerarquizada que en otras grandes metrópolis. En particular, los centros comerciales vienen polarizando la ciudad y las periferias (Playas, Otay) y modificando las características de la centralidad urbana. Estos establecimientos responden a las conductas creadas para la concreción del sistema de consumo: locales individualizados para las firmas comerciales internacionales y de prestigio. De acuerdo con Alegría (1994), en Tijuana los centros comerciales deben su ubicación al alcance de poblaciones favorecidas. De hecho, su localización es estrictamente dependiente de disponibilidades financieras en las cercanías de barrios caros, pues tienen una base estrictamente económica porque todo tiene un costo: los juegos, las comidas, el café, las compras y el estacionamiento. Este antecedente invita a considerar los rasgos de desigualdad, pues no todos los visitantes pueden acceder al consumo de lo ofrecido3.
A partir de los años cincuenta Tijuana ha pasado de ser una ciudad de escala pedestre altamente concentrada de máximo 4 Km de radio, hacia una metrópolis expandida más o menos concéntricamente, donde el limite externo alcanza 8 a 9 Km al sur y al este, y más de 12 Km al sureste en los años noventa (Herzog 1990:111). Lo más importante que se vislumbra para los noventa (y las décadas próximas) en Tijuana es la diseminación y consolidación de sus áreas centrales. La pluricentralidad encabezada por los centros comerciales son el emblema de las nuevas pautas de la evolución urbana en Tijuana.
Introducción |
Parte 1 |
Parte 2 |
Parte 3 |
Conclusión |
Notas
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