Centros y fronteras: una interpretación de las centralidades urbanas en Tijuana 1889-2000

"Centros y fronteras: una interpretación de las centralidades urbanas en Tijuana 1889-2000".

Por: Mtro. Jesús Aguilar Nery

IV. Conclusión: la pluricentralidad de Tijuana en los noventa.

Se podría decir que Tijuana ha sido a través de la historia de sus funciones centrales una ciudad con tendencias hacia la pluricentralidad. Desde su fundación ha experimentado una centralidad "excéntrica" o periférica con respecto a su trazo original (Alegría 1989). Es decir, su orientación estructural/ funcional ha estado condicionada a su adyacencia a la línea internacional, especialmente a la garita de San Ysidro, y más recientemente también a la de Otay. Asimismo, las pretensiones de integrar a Tijuana y a Baja California con el resto del país, por los gobiernos federal y local, han marcado el surgimiento de nuevos enclaves ordenadores del espacio urbano de Tijuana. Junto a estas centralidades creadas para promover la base comercial y turística, existen otras que se extienden en las periferias de la ciudad, en su mayoría después de los años 50, sin orden ni control. Estas periferias no son homogéneas ni significan lo mismo. En ellas se da la suburbanización mediante la industrialización (Ciudad Nueva Tijuana, el Florido), así como el suburbio de la extrema pobreza (la "Cartolandia" de los 70) y el suburbio de la extrema riqueza (Playas de Tijuana). Espacios tanto de los marginados que habitan los llamados cinturones de miseria como el lugar elegido por las clases poderosas, para los grandes complejos comerciales, las vialidades y las edificaciones que elevan culto a la acumulación material, selectiva y excluyente de la modernidad. El problema de la evolución de los centros de la ciudad parece menos simple de lo que parece. Se puede considerar que el crecimiento del rol del centro de negocios con relación al centro tradicional y el desarrollo segregativo de centros comerciales periféricos resultan de la creciente "americanización" de la ciudad de Tijuana. Pero también habría que reconocer los índices de "latinización" del espacio urbano y de la centralidad de metrópolis como San Diego y Los Ángeles, solo por citar dos ejemplos (Monnet 1996). La americanización del lado mexicano es en primer lugar en términos económicos, la hispanización, mejor dicho mexicanización de las ciudades estadounidenses es demográfica. Este es un factor decisivo en la gestación de nuevos territorios urbanos. En Tijuana, el desdoblamiento de la centralidad urbana en curso desde la segunda mitad del siglo XX ha tenido una función precisa que es adaptar la ciudad a las exigencias dialécticas de la época. El centro participa de la tensión contemporánea de por un lado, la necesidad de legitimar la organización sociopolítica en un marco de lo local y lo permanente; por otro lado, el imperativo de la movilidad, del dinamismo y el intercambio que requieren la inserción dentro de un sistema de orden mundial.

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