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La Pobreza y Las Elecciones del 2001 en Tijuana.
Edgardo Contreras Rodríguez.
Observaciones finales.
Como lo hemos visto en los datos anteriores, el porcentaje de abstención de los pobres es superior en alrededor de cinco puntos sobre los no pobres. Asimismo, las preferencias electorales de los primeros se orientaron predominantemente hacia el Partido Revolucionario Institucional (PRI), en tanto que las simpatías de los segundos se manifestaron principalmente por la Alianza por Baja California (ABC) y dentro de ésta, particularmente por el Partido Acción Nacional (PAN), que es la formación política que ha gobernado el municipio de Tijuana y el estado de Baja California los últimos doce años.
Existen varias razones que pueden explicar este comportamiento electoral de los pobres, entre otras, el desencanto hacia las políticas sociales de los gobiernos surgidos del PAN, que no han sido capaces de rescatarlos de su postración social ni han podido aligerar la pesada carga que significa la lucha diaria por la sobrevivencia.
Otra razón quizás de mayor peso, es la adhesión ideológica al antiguo sistema político mexicano, representado todavía por el PRI, a quien una buena parte de los pobres siguen considerándolo como el vehículo para recuperar los niveles de vida de otros años, sin reparar en la responsabilidad que ese mismo sistema tuvo en la generación de las condiciones sociales actuales.
Muchos, probablemente, no encuentren en el espectro electoral de los partidos políticos una opción fuerte, distinta al PRI, que pueda disputarle al partido en el gobierno una elección con posibilidades de ganar.
Lo que sí se percibe es el trabajo clientelar-electoral que ha realizado el PAN en Tijuana, en lugar de una política social volcada a desarrollar las capacidades básicas de los pobres, mismo que no le está garantizando las preferencias electorales por lo menos en este sector, por lo que, de mantenerse y acrecentarse la población en situación de pobreza, el PAN podrá verse obligado, en las siguientes elecciones, a tener que aceptar la necesaria alternancia política.
Llama sobremanera la atención lo que sucede en el distrito XIII, que puede considerarse como un laboratorio político para evaluar las acciones de los gobiernos del PAN, en la medida en que la mayor parte de esta zona ha sido desarrollada urbanísticamente bajo la tutela de las administraciones panistas.
Si bien, buena parte de las colonias El Florido y Mariano Matamoros las recibió "invadidas" la administración del primer gobernador panista, correspondiendo a ésta su regularización y dotación de servicios públicos, en cambio, los desarrollos posteriores como El Florido III y IV, La Morita, Valle Verde, Terrazas del Valle y El Niño fueron promovidos desde su origen, es decir, desde la adjudicación del predio a cada familia, por la administración del "cambio". Otro origen político tienen El Pípila, 10 de Mayo y Maclovio Rojas, que fueron promovidos desde la oposición, pero que la dotación de la infraestructura urbana corresponde otorgarla a la misma administración.
Sin embargo, en este distrito se presentó una abstención del 72.9% del electorado en su conjunto, llegando la abstención de los pobres, ya diferenciada del resto de la población, al 74.3%. Aunque el fenómeno de la abstención en las elecciones del 2001 es analizado en un artículo adjunto, estos datos duros nos acercan a una realidad cada vez más tangible: en una de sus varias pistas, empiezan a mostrar las serias limitaciones de los gobiernos panistas para convencer a la población de sus bondades democráticas y sus aportaciones en materia social.
Es previsible que estos electores no se sientan identificados con una política social que no los dota de capacidades básicas que les permita superar el estado de pobreza que los postra socialmente y los mantiene alejados de la toma de decisiones, incluso, en el nivel inmediato de su vida comunitaria: en su propia colonia, donde el autoritarismo gubernamental, expresado a través de la filantropía y la imposición de "líderes" y de "obras" y el regateo de los servicios públicos campean continuamente.
Desde luego, este análisis no es conclusivo ni se agota aquí. Su profundización y enlace con las otras pistas es tarea que queda pendiente.
Bibliografía.
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- Trejo, Guillermo et. al. (1993), Contra la pobreza. Por una estrategia de política social, México, Cal y Arena. 309 p.
- Tuirán Gutiérrez, Alejandro (2001), "La pobreza y la política social en México. Mitos y realidades". Este país. Tendencias y opiniones, Dir: José Antonio González de León, revista mensual No. 122, mayo 2001, México.
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