¿TRATADOS DE AGUA INJUSTOS?



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¿TRATADOS DE AGUA INJUSTOS?


José Pérez-Espino

En medio de la crisis causada por los efectos de la sequía, renació una polémica ancestral, en la que se argumenta que los tratados en materia de aguas internacionales otorgan un mayor beneficio a Estados Unidos. Hoy, como antes, sobran voces que se pronuncian por una revisión de los acuerdos, buscando mayores volúmenes de agua para el país.

La realidad, sin embargo, es otra: además de ser el mayor beneficiario de los acuerdos, México no tiene dónde almacenar más agua, pues sólo existe capacidad para captar el 1 por ciento de la precipitación pluvial en las presas de almacenamiento. Y los ríos, de manera natural, conducen al Bravo el agua que no podemos retener.

Ése es el problema de fondo y no el electoral. Porque el reclamo de Texas para que México cumpla su deuda no es nuevo: desde abril de 2000, legisladores demócratas y republicanos han exigido a su gobierno que presione lo necesario para lograr el pago de una deuda que sí existe.

México recibe un volumen de aguas internacionales cuatro veces mayor al que se deriva hacia Estados Unidos, según los tratados firmados por ambos países en 1906 y 1944.

Un cambio en la redacción actual de los acuerdos resultaría contraproducente para México. Pero legisladores, gobernadores y algunos dirigentes de agricultores opinan lo contrario y han pedido que se modifiquen sus términos.

El debate se ha centrado en pagar o no el actual adeudo de agua. El problema de fondo, sin embargo, es otro.

La realidad es que, si los tratados se modifican para ceder a Chihuahua un mayor volumen del recurso, en la entidad no existe la infraestructura para impedir los escurrimientos naturales de agua hacia el río Bravo, por el bajo volumen de almacenamiento en las presas con relación al promedio de precipitación pluvial.

En un año "normal", la superficie del estado de Chihuahua capta alrededor de 400 mil millones de metros cúbicos de agua, según datos de la CNA. Por la sequía, esa cantidad se redujo a 200 mil millones de metros cúbicos anuales en promedio hasta 1997, aunque aumentó a 271 mil millones tres años después.

Del total de la captación anual, se utilizan 14 mil 200 millones de metros cúbicos para el consumo humano, procesos industriales y agrícolas, mientras que una cantidad similar es entregada a Estados Unidos, en cumplimiento de los acuerdos internacionales o derivada hacia Sonora y Sinaloa.

Pero en temporadas de lluvia en abundancia, no hay forma de detener el caudal que corre hacia el río Bravo a través del principal afluente del río Conchos.

De hecho, las presas del estado apenas tienen capacidad para almacenar cuatro mil 244.4 millones de metros cúbicos de agua, tan sólo el 1 por ciento de lo que llueve en un año normal. El resto se evapora o se filtra al subsuelo.

Entre tanto, el Valle de Juárez es la zona más beneficiada en Chihuahua por los convenios internacionales: cada año recibe 74 millones de metros cúbicos de aguas internacionales provenientes del río Bravo, a través de la Acequia Madre que cruza la ciudad.

Gracias a ello escapó de la sequía que enfrenta el resto del estado y hasta su producción agrícola alcanzó una cifra récord el ciclo anterior, a pesar de que no cuenta con presas de almacenamiento de agua, de acuerdo con los datos oficiales.

Además, los vallejuarenses han sembrado un 13 por ciento más de superficie agrícola, con respecto al promedio anual.

En cambio, la falta de agua obligó a que en el resto del estado se haya dejado de sembrar un 36 por ciento de la superficie promedio desde 1990 en los distritos de riego.

El caso de las tierras de temporal es peor: este año únicamente fue sembrado el 4 por ciento del promedio a partir de 1990.

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February 16, 2015