"Una visión espiritual de la frontera de Estados Unidos y México"*



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"Una visión espiritual de la frontera de Estados Unidos y México"*


Daniel G. Groody

En años recientes han surgido grupos de vigilantes armados a lo largo de la frontera de México y Estados Unidos para declararle la temporada abierta para los migrantes que traspasan la frontera. Algunos grupos como la Patrulla Fronteriza Americana, Ranch Rescue y otros grupos de militantes en Arizona le han declarado la Guerra a los indocumentados. Los migrantes se han convertido en chivos expiatorios para los problemas de índole nacional y son un marco para los que buscan una respuesta a algún asunto complejo. "Si yo pudiera le dispararía a cada uno de ellos" dijo un ranchero. Se está haciendo muy poco para detener esto. Un líder de los vigilantes de nombre Jack Foote resumió sus sentimientos al decir, "tú y el resto de los pedazos de mierda son ignorantes, sin educación y desesperados por vivir una vida en una nación decente porque en la que ustedes viven no es mas que un montón de mierda. Ustedes no hacen más que pasar sus vidas quejándose de lo malas que son las cosas en su país de perros, esperando que el perro pueda pasar por debajo de nuestra reja para entrar a nuestros patios." Los grupos vigilantes representan el lado extremo del sentimiento anti-migrante. Muchos migrantes se sienten "ilegales" en varios niveles. La palabra 'ilegal' no sólo se interpreta en cuanto a su estatus político sino también representa la falta de conexión en muchos otros niveles de su ser. Si nosotros nombramos alguna cosa ajena o ilegal en cuanto al drama en la frontera seguramente encontraríamos que es algo ajeno para la mente y Corazón de Cristo, sería como nombrarlos una amenaza a la iglesia y a la sociedad en lugar de que se considere un regalo. No es más que la experiencia del máximo rechazo lo que los lleva a identificarse con un Dios que también fue rechazado. Un Dios que cruzó fronteras, que emigró, que sufrió y que descendió al mismo infierno-así como ellos descienden hacia el desierto- para poder liberarlos y traerlos a un lugar de esperanza, libertad y vida. Uno no tiene que buscar mucho para ver en las dificultades de los migrantes la presencia del Cristo crucificado hoy. Los migrantes experimentan una crucifixión económica en su pobreza, una crucifixión política en la marginación, una crucifixión legal en su estatus como indocumentados, una crucifixión cultural en la separación, una crucifixión social al separase de sus familias y seres queridos y en muchas ocasiones experimentan algo comparable con la crucifixión física en las muertes dolorosas. Para el indocumentado, cruzar la frontera hacia los Estados Unidos es el camino hacia la Cruz. La Justicia Social Católica nos dice que la verdadera prueba de una sociedad es cómo trata a sus miembros más vulnerables, Mateo 25 nos reta aún más a ver el rostro de Cristo en los rostros de los que tienen hambre y sed, de los que están solos, desnudos, enfermos y presos. La comparación de Mateo 25 sugiere que la historia de los indocumentados a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos es misteriosamente relacionada con la historia de la redención de la nación. En una sociedad como la de los Estados Unidos que se enorgullece de la auto-suficiencia, estos migrantes revelan que todos necesitan y dependen de Dios aun cuando los muy afortunados puedan ocultar su hambre, sed y desnudez existencial. En una cultura que apremia la prosperidad económica, los migrantes que son vistos como una amenaza para el bien común, hablan de una riqueza que no puede ser comprada. Y en una nación que batalla con la seguridad nacional, muchos de estos migrantes manifiestan una gran seguridad en su fe y una habilidad de poder alabar a Dios aun cuando sufren como extraños sin bienvenida en un país lejano. Así como dijo un abogado para los migrantes, "nosotros vemos en el migrante una critica a la modernidad, a la racionalidad enaltecida, al individualismo, a la auto dependencia.. ellos nos dan una nueva manera de entender cómo vivir y existir en el mundo. Como Jesús, ellos critican a la sociedad por la manera en la que viven y se mueven en el mundo. Los Migrantes nos hacen considerar ciertas cosas sobre nuestra propia seguridad, sobre la profundidad de nuestra dependencia en Dios y sobre nuestra disponibilidad de depender en los demás.

En breve, los migrantes revelan la verdad sobre la vida que sólo Dios puede hablar y contestar. Como dijo Jon Sobrino, "fuera de los pobres no hay salvación". Los migrantes no sólo nos enfocan hacia los actos de misericordia de Mateo 25 pero nos retan a encontrar en la presencia de un extraño la presencia de Cristo entre nosotros.

*Traducido del inglés por Astrid Roldan

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Posted on

February 16, 2015