Pobreza y desigualdad en Tijuana



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POBREZA Y DESIGUALDAD SOCIAL EN TIJUANA


Benedicto Ruiz Vargas*
Patricia Aceves Calderón

2. ¿QUÉ ES LA POBREZA?

     La pobreza puede admitir varias definiciones según el enfoque conceptual desde el cual quiera ser analizada, o bien dependiendo del contexto social en que se sitúe. Por ejemplo, si se le ve desde el lado de la justicia, la pobreza alude a un problema de carencias de medios para satisfacer las necesidades básicas como alimentación, vestido, salud y educación. Desde un punto de vista filosófico se ha visto como la incapacidad del individuo para elegir, es decir, para autodeterminarse. Algunos economistas se han referido a la pobreza como la incapacidad del individuo para generar incrementos en el producto marginal de su trabajo, de tal forma que le permitan ampliar sus posibilidades de elección entre diferentes bienes de consumo.

     El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) define a la pobreza como aquella situación que impide al individuo o a la familia satisfacer una o más necesidades básicas y participar plenamente en la vida social. El Proyecto Regional para la Superación de la Pobreza, de la misma institución, hace una precisión más y la define como "la ausencia de satisfactores apropiados para cubrir un mínimo de ciertas necesidades llamadas básicas". Estas necesidades básicas incluyen "aquellas necesidades que de manera evidente y directa requieren un esfuerzo productivo para su satisfacción", tales como una alimentación adecuada, el mantenimiento de la salud, una vivienda apropiada al tamaño de la familia, educación básica, acceso a servicios mínimos de información, recreación y cultura, vestido y calzado, transporte público y comunicaciones.

     Amartya Sen, por su parte, es un autor que ha enfocado el concepto de pobreza a partir de las capacidades, definiéndola precisamente como: "La ausencia de capacidades básicas que le permitan a cualquier individuo insertarse en la sociedad, a través del ejercicio de su voluntad". Su enfoque se deriva de la misma noción de desarrollo económico que concibe, justamente, como la expansión de las "capacidades" de la gente, un tanto distinto a aquellas caracterizaciones que lo ven como la expansión de bienes y servicios, el aumento de la utilidad y como satisfación de necesidades básicas. Para Sen el enfoque de las capacidades "se centra en lo que la gente puede hacer y el desarrollo se ve como un proceso de emancipación de la obligada necesidad de ´vivir menos o ser menos´"8.

     Según su misma explicación, el concepto de capacidades se eligió para representar las combinaciones alternativas que una persona puede hacer o ser: los distintos funcionamientos que puede lograr. Es decir, su enfoque se basa en una visión de la vida en tanto combinación de varios "quehaceres y seres", evaluando la calidad de vida en función de la capacidad para lograr funcionamientos valiosos. Estos funcionamientos, que se derivan de las habilidades o potencialidades para hacer algo, los divide en cuatro categorías: la libertad de bienestar, el logro de bienestar, la libertad de agencia y el logro de agencia. Las capacidades serían la potencialidad o habilidad para lograr todas estas cosas9.

     En términos generales, cualquier definición de pobreza con sus diferentes matices se refiere a un concepto de privación o de carencia, que impide a un individuo o a las familias desarrollarse plenamente desde varias esferas de la vida. Las carencias pueden cubrir un arco muy amplio: puede ir desde la carencia de poder hasta la falta de oportunidades o capacidades para conseguir un bienestar satisfactorio en términos de nutrición, salud, acceso a los servicios y educación, a una vivienda y a la recreación, entre otros muchos factores que pueden garantizar una vida digna como ser humano.

     De manera general, estas carencias pueden sintetizarse -como se ha visto- en dos grandes conceptos o en dos grandes nociones de pobreza. Por un lado, la carencia de ingresos suficientes para cubrir una canasta de bienes que satisfagan las "necesidades básicas" de los individuos o las familias. Un individuo o una familia pobre es aquella que no satisface estas necesidades. Por otro lado, la pobreza en relación a ciertas "capacidades" para lograr una vida plena, donde los bienes son sólo un mecanismo para ejercer esas capacidades. Los pobres serían en esta concepción aquellos que están por debajo de un estándar mínimo aceptado socialmente.

     De acuerdo a cada definición o concepción de pobreza, se derivan varios métodos para medir o evaluar los niveles o intensidad de la misma. Sin embargo, cualquiera que sea el método, el concepto de pobreza -de acuerdo con Sen- "debe incluir dos ejercicios bien definidos, más no inconexos: 1) un método para incluir a un grupo de personas en la categoría de pobres ("identificación"), y 2) un método para integrar las características del conjunto de pobres en una imagen global de la pobreza ("agregación")"10.

     Los métodos más comunes y utilizados hasta ahora para identificar directamente a los pobres es el de las Necesidades Básicas Insatifechas (NBI), que consiste fundamentalmente en determinar qué grupos de individuos no tienen acceso a algunos de los bienes y servicios como los siguientes: vivienda y espacio suficiente para los que la habitan, agua potable, energía eléctrica, educación y alfabetismo, entre otros. Requiere una definición precisa de los componentes de estas necesidades y de los indicadores que pueden expresar el grado de satisfacción de cada necesidad y componente. Los hogares o individuos pobres en esta perspectiva son aquellos que tienen una o más necesidades insatisfechas.

     Otro método de carácter indirecto que permite identificar a los pobres es el de Línea de Pobreza (LP), cuya función principal es el de medir la incapacidad monetaria para obtener una canasta de alimentos con los mínimos nutricionales, además de otros bienes o satisfactores esenciales para cubrir las necesidades básicas, por ejemplo, los costos mínimos para cocinar los alimentos, los costos en vivienda, mobiliario, educación, salud, cuidado personal, ropa, calzado, transporte, cultura y recreación. Este método requiere, como es lógico, definir una Canasta Normativa de Satisfactores Esenciales (CNSE), calcular el costo de la canasta -lo que permite establecer la línea de pobreza- y, por último, comparar el costo de la canasta con el ingreso del hogar o con su consumo. En este sentido, los hogares o individuos pobres serían aquellos con un ingreso por debajo del establecido en la línea de pobreza.

     Estos métodos no son excluyentes entre sí, aunque en varios estudios empíricos tienden a verse de manera aislada, acentuando algunas de sus limitaciones, como lo ha señalado Boltvinik. Según este autor, mientras el método de las NBI destaca las necesidades asociadas con servicios proporcionados en general por el Estado (educación, agua potable, drenaje, etc.), el de LP hace hincapié sólo en el ingreso (o consumo), sin considerar precisamente los servicios prestados por el Estado ni la inversión privada requerida para satisfacer ciertas necesidades. Por lo tanto, más que métodos alternativos, deben contemplarse como métodos complementarios (Boltvinik,1991).

     El punto de partida de la crítica de este autor a los métodos anteriores, es postular que la satisfacción de las necesidades básicas de una persona o de un hogar depende de las siguientes fuentes de bienestar: a) el ingreso corriente, b) los derechos de acceso a servicios o bienes gubernamentales de carácter gratuito, c) la propiedad o derecho de uso de activos que proporcionan servicios de consumo básico (patrimonio básico acumulado), d) los niveles educativos, las habilidades y destrezas, entendidos no como medios de obtención de ingresos, sino como la expresión de la capacidad de entender y hacer, e) el tiempo disponible para la educación, la recreación, el descanso y las labores domésticas, y f) los activos no básicos o la capacidad de endeudamiento del hogar.

     De acuerdo con esto, las principales limitaciones de dichos métodos tal y como han sido aplicados en América Latina, principalmente, consistirían en lo siguiente: 1) considerar que la satisfacción de necesidades básicas depende solamente del ingreso o del consumo privado corriente de los hogares; 2) elegir indicadores de satisfacción de necesidades que básicamente dependen de la propiedad de activos en consumo (vivienda) o de los derechos de acceso a servicios gubernamentales (agua, drenaje y educación primaria), por lo cual implícitamente deja de tomar en cuenta los demás factores de bienestar. Es decir, el método de LP no toma en cuenta las fuentes b) a f) cuando se compara la línea de pobreza con el ingreso del hogar, o las fuentes b) a e) cuando se compara con el consumo.11.

     El método de NBI, tal y como se ha venido aplicando en América Latina según el autor citado, no considera, por su parte, el ingreso corriente y las fuentes d) a f). Además de tener una "característica muy dañina" en su aplicación: el número de pobres identificados no es independiente del número de rubros de NB seleccionados. Mientras mayor sea éste, mayor será la incidencia de pobreza.12.

     El concepto de pobreza implícito en cada uno de estos métodos, según Boltvinik, es absoluto. Así, en el caso de las NBI, "es absoluto respecto a un conjunto de características (tipo de dotación de agua potable, materiales de la vivienda, etc.). Este concepto absoluto se basa en algún nivel mínimo de satisfacción de las necesidades básicas, y no excluye su carácter dinámico e histórico (...) En cambio, el método de LP en su variante de Canasta Normativa Alimentaria (CNA), tal y como se ha aplicado en América Latina, supone un concepto absoluto de la pobreza respecto a las características de los alimentos (calorías y proteínas) y otro relativo en lo referente a bienes (alimentos), ya que la CNA se construye a partir de dietas observadas en un estrato de referencia".13.

     La forma de superar estas limitaciones es conjuntando ambos métodos en la medida que miden dos caras o dos dimensiones del mismo fenómeno, es decir, un método integrado de medición de la pobreza, como el mismo Boltvinik lo ha llamado. No hacerlo así implica seguir midiendo la pobreza de manera parcial y sesgada. Un ejemplo de esto nos lo proporciona el mismo autor: "Con la incorporación de la mujer al trabajo asalariado, muchos hogares aumentan drásticamente su nivel de ingreso. Si este es un proceso generalizado en un país, las cuentas económicas nacionales registrarán un aumento notable tanto del PIB como del ingreso personal disponible en los hogares. El método de LP registrará una disminución importante de los hogares pobres. Sin embargo, una parte del crecimiento y del descenso de la pobreza tendrán un carácter espurio. Ciertamente se ha ampliado el mercado...pero en términos de bienestar, de satisfacción de necesidades básicas, la mejoría puede ser mucho más pequeña e incluso nula".14.

     La depuración de estos métodos y la construcción de índices para identificar a los pobres y medir la intensidad de la pobreza ha tenido avances notables a nivel mundial y en países como los de América Latina, sobre todo en la medida en que la pobreza se ha convertido en un problema social de enormes dimensiones en el marco de la crisis y los programas de ajuste económico impulsados en estos países durante los últimos quince o veinte años. Varias limitaciones provienen, además, de las fuentes y bases de datos disponibles que no permiten profundizar en la dimensión de este fenómeno. Es el caso típico de nuestro país y de sus regiones, y al interior de éstas los estados y los municipios, aunque en los últimos años esta situación tiende a corregirse.

     No obstante lo anterior, los estudios sobre la pobreza han definido básicamente dos tipos: la pobreza extrema y la pobreza moderada o relativa. La primera se refiere a aquella condición en la que los individuos o los hogares no logran satisfacer las mínimas necesidades básicas como alimentación, vivienda o vestido. Son la población más expuesta a las enfermedades y sin la suficiente energía para participar en los mercados laborales; sus ingresos son tan bajos que vive en permanente riesgo de desnutrición y altas tasas de morbilidad. La pobreza relativa o moderada, por su parte, está en relación con el grado de desarrollo alcanzado por el país y con los patrones culturales de la época (Levy, 1994). Un individuo o un hogar en pobreza moderada es aquel que no tiene acceso a los bienes comúnmente obtenidos por la mayoría de las personas de una sociedad, en una situación específica. Tienen más posibilidad de participar en el mercado laboral y mayor acceso a algunas oportunidades de educación u otros bienes que los pobres extremos, pero están en desventaja con el resto de la sociedad.

     Algunos autores han identificado las características de los extremadamente pobres. Santiago Levy destaca las siguientes: 1) mayores tasas de fecundidad, porque los hijos significan apoyo en el trabajo y seguridad para los padres en la vejez; 2) toda la familia trabaja al máximo de su capacidad y no puede compensar una baja de ingresos trabajando horas extras; 3) los hijos no suelen recibir educación porque deben ayudar a los padres, en consecuencia, no obtendrán subsidios proporcionados a través del sistema educativo; 4) la agricultura de autoconsumo en pequeñas parcelas constituye menor riesgo que la comercial: en regiones remotas y con escaso transporte, puede ser la única opción ante el incierto abastecimiento de alimentos; 5) el consumo de calorías baratas, en los hogares donde los ingresos son muy bajos; 6) la desnutrición afecta la productividad; 7) dentro de las familias, los hijos no siempre reciben una parte adecuada de los escasos alimentos disponibles.15.

     Ahora bien, la pobreza así definida o conceptualizada es distinta a la desigualdad social. "Obviamente -como dice Amartya Sen- la desigualdad y la pobreza están relacionadas. Pero ninguno de los conceptos subsume al otro (...) Reconocer la naturaleza distintiva de la pobreza como concepto permite tratarla como un tema de interés por sí mismo. El papel de la desigualdad en la prevalencia de la pobreza puede entonces considerarse en el análisis de ésta, sin equiparar los dos conceptos".16

     La desigualdad tiene varios significados según se le vea desde el derecho o la filosofía, o bien desde el ámbito social, que es lo que interesa en este trabajo. En su sentido más literal se refiere a las diferencias de oportunidades de carácter educativo y social que existen entre los individuos, pero también a las dicotomías entre lo urbano y lo rural, entre regiones de un mismo país, así como al interior de las mismas regiones o ciudades. Su connotación más clara es la exclusión social, pero también la exclusión política que se expresa en las dificultades para participar en las decisiones del poder público y en otras más cercanas a las necesidades de la comunidad.

     Varios estudios muestran cómo en México el problema de la desigualdad ha sido una de sus constantes a lo largo de su historia, incluso más añejo y pertinaz que el problema de la pobreza misma. Su origen es complejo e incorpora varias dimensiones de carácter económico y político. De manera sintética se han mencionado algunos factores históricos e institucionales que ayudan a explicar la desigualdad en su conjunto. Entre éstos se destacan "las relaciones sociales y culturales que se desarrollan en México a partir de la conquista y la forma que ésta adoptó; el carácter tardío y dependiente de la incorporación de México al capitalismo mundial; la también tardía, desigual y aún no terminada, integración física y cultural del país; la organización y forma de funcionamiento de los servicios, programas e instituciones que propician el bienestar social; y las formas de organización de los trabajadores".17.

     A estos factores se agregan otros que corresponden a las formas peculiares que ha asumido, históricamente, la correlación de fuerzas políticas en México. Esta disparidad en las fuerzas políticas y los bloques sociales ha tenido hondas consecuencias, a su vez, en las formas de distribución del producto global (Pereyra, 1992).

     Alrededor de estos factores de carácter general, más aquellos ligados a las particularidades propias de las regiones o municipios del país, se ha tejido el fenómeno de la inequidad que padecen los mexicanos desde tiempos remotos, convirtiéndose en las postrimerías del siglo en uno de los más graves problemas de la nación. En Tijuana, como veremos, la pobreza y la desigualdad empiezan a constituirse en fieles acompañantes del dinamismo del crecimiento económico que le ha caracterizado.



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February 16, 2015