Para una Universidad Distinta Diez Apuestas de la Universidad de la Compañía de Jesús en la Actualidad



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Para una Universidad Distinta Diez Apuestas de la Universidad de la Compañía de Jesús en la Actualidad


David Fernández, s.j.

 Por el contrario, decimos junto con Sábato que las escuelas y universidades que favorecemos tienen que buscar "el equilibrio entre la iniciativa individual y el trabajo en equipo, que condenen el feroz individualismo que parece ser la preparación para el sombrío Leviatán de Hobbes cuando dice que el hombre es el lobo del hombre".5

Tenemos que reaprender lo que es gozar, que no es ir de compras. Dice el pensador sudamericano: "Un lujo verdadero es un encuentro humano, un momento de silencio ante la creación, el gozo de una obra de arte o un trabajo bien hecho".6

Si no realizamos una educación que muestre la realidad desnuda y que promueva a la vez el desarrollo de facultades humanas que están deteriorándose, o a las que la razón instrumental ha menospreciado (la imaginación, la creatividad, la intuición o el juego), entonces habremos perdido al ser humano.

Frente a esta realidad cultural un ethos que nos envuelve y que es el contexto de la universidad tenemos que postular una educación distinta y, por tanto, una universidad distinta.

Los diez rasgos de esta universidad, que son la concreción de la inspiración ignaciana para el México de hoy, son los siguientes:

1. La universidad ignaciana es histórica, lo que significa que no tiene un modelo único y para siempre, sino que se va descubriendo y construyendo en cada momento y contexto. Por esto, me parece un avance el acuerdo que recién tomamos entre las Iberos y el ITESO, en el que se estableció que no hay la obligación de tener los mismos programas curriculares. Lo anterior significó un gran escándalo para algunos, para mí, la oportunidad de que cada universidad se inserte en las condiciones concretas de su entorno y en las dinámicas sociales, políticas y económicas que le demanda su realidad. No existe, pues, un modelo que sea trasportable de una vez y para siempre en todas las coordenadas geográficas. Pero el que la universidad sea histórica también quiere decir que la universidad es actor histórico que modifica su entorno, no sólo se deja llevar por el mismo. Sólo atendiendo al contexto histórico-político concreto, puede determinar su propia identidad y misión. Decía Ignacio Ellacuría, SJ, que la gran asignatura de la universidad es la realidad históricamente considerada.

2. Comparte la misión de la Compañía de Jesús, que hoy formulamos como el servicio de la fe y la promoción de la justicia y la opción preferencial por los pobres que, más que una finalidad, es el desde dónde se realiza la misión universitaria. Se trata de mirar, actuar y optar desde el horizonte de los que menos tienen y que han sido excluidos. Peter-Hans Kolvenbach, prepósito general de la Compañía de Jesús, señala que nadie debe tomar una decisión dentro de la universidad sin ver las repercusiones que tendrá para los pobres, y que ninguno de nuestros egresados debe tomar alguna determinación profesional sin antes sopesar suimpacto en el mundo de los pobres. La misión de los jesuitas en México se formula en nuestro plan estratégico 2001-2010, cuyos cuatro objetivos centrales son:

a. Contribuir a la necesaria inculturación del evangelio y a la renovación de la iglesia y de la Compañía de Jesús, inspirados en el Concilio Vaticano II y en la misión pública y activa que Juan Pablo II y el episcopado han propuesto a la iglesia mexicana para el inicio del tercer milenio: una iglesia más participativa, horizontal, servidora y más pueblo de Dios.

b. Participar en la defensa y promoción de la justicia social, de los derechos humanos y de la democracia real, aunando nuestros esfuerzos con los de aquellos que buscan contrarrestar las manifestaciones y, principalmente, las causas que están generando una creciente pobreza, desigualdad, polarización y exclusión económica, política y social. Promover una cultura ciudadana participativa y acompañar los procesos de identificación, articulación y desarrollo de los sujetos sociales de cambio. En síntesis, crear ciudadanía responsable para el cambio social, la justicia y los derechos humanos.

c. Impulsar un modelo de educación formal e informal al servicio de la fe y de la promoción de la justicia, vinculado a las crecientes necesidades de los empobrecidos; que respete y desarrolle las diversas culturas que integran nuestra nación y que contribuya a formar hombres y mujeres para los demás, de cara a la edificación de un mundo más justo y humano.

d. Fortalecer nuestra espiritualidad, vida comunitaria y apostólica para realizar nuestra misión y colaborar con la de los laicos, mejorando la formación de ambos e incrementando nuestra relación con ello.

La misión es trasformar la realidad, pero de manera universitaria. No somos una ONG ni un partido político, por lo que esa trasformación no se hace con un activismo militante sino con docencia pertinente, investigación propositiva y una vinculación con la sociedad que desate procesos que se reflexionan y trasforman la realidad.

 

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Posted on

February 16, 2015