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EL FLUJO CENTROAMERICANO(1)
IRREGULAR CON DESTINO
A LOS ESTADOS UNIDOS:
LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL
DE LA VULNERABILIDAD
Vladimiro Valdés Montoya, S.J.
INTRODUCCIÓN
De entrada quisiera destacar que el fenómeno de los trabajadores migratorios indocumentados o irregulares (tramis en adelante), es un fenómeno social, de carácter laboral, ubicado en el mercado internacional de la fuerza de trabajo. Con ello quiero destacar que la nota constitutiva de este fenómeno social no es su carácter de irregularidad o de ilegalidad, como quieren presentarlo, analizarlo y procesarlo, sobre todo los países de destino y de tránsito, sino su carácter laboral, de mercado de MO (mano de obra) atravesado por una o varias fronteras internacionales (Bustamante,1994).
Uno de los factores principales que dan cuenta de la razón y el sentido de los flujos migratorios es la elevada asimetría en los niveles de vida de los distintos países, y su persistencia y notoriedad en el mundo globalizado contemporáneo. Por ejemplo, "la proporción entre Estados Unidos y México es de 6 a 1 en términos del PIB per cápita" (OIT, 2000: 3); y en 1996, la asimetría salarial para los trabajadores indocumentados, se calculaba en una relación de 9 a 1 (OIT, 2000: 1).
Así, en cuanto al mercado internacional de la fuerza de trabajo, los tramis son sólo una de las manifestaciones sociales de un fenómeno de concentración regional de capital y por tanto, de trabajo, que al mismo tiempo que inhibe el crecimiento económico y cierra fuentes de trabajo en un grupo determinado de países, tiende a sostener el crecimiento económico y a crear nuevas fuentes de trabajo en los países beneficiarios de dicha concentración de capital. Paradójicamente, durante las etapas de recesión económica, este tipo de MO(2) se vuelve más necesaria, porque es cuando los costos de producción requieren de estrategias extraordinarias de abaratamiento de insumos, especialmente de la fuerza de trabajo (Bustamante,1994: 43).
Durante los últimos veinte años de ajuste estructural y apertura de mercados, los países en desarrollo hicieron de los bajos precios de su MO, una de sus ventajas comparativas más significativas para su re-inserción competitiva en el proceso de globalización. Esto sólo ha sido posible, mediante un castigo permanente al salario de los afortunados que conservan o que encuentran un empleo dentro de sus fronteras nacionales, y mediante un castigo extraordinario al salario de aquellos que se atreven a buscar un trabajo fuera de las mismas.
En los países de origen, el castigo al salario de los trabajadores se realiza a través de una férrea política de contención salarial, en aras del ajuste estructural y de la salud de las variables macroeconómicas. En los países de destino y sus cipayos, los países de tránsito, el castigo extraordinario al salario de los trabajadores internacionales se logra mediante la decisión arbitraria de los gobiernos de éstos, de negarles sistemáticamente todo permiso de carácter migratorio y laboral, ubicándolos, de hecho, en situación de irregularidad o de ilegalidad, precisamente como condición para su sobreexplotación laboral.
Se trata de una relación laboral, que se establece en el mercado internacional de la fuerza de trabajo, que se realiza en un marco general de condiciones de asimetría de poder entre economías, gobiernos, instituciones e individuos de los países involucrados, y que revela las asimetrías de una globalización que incluye individuos, poblaciones, países y regiones, al mismo tiempo que excluye a otros tantos (Castells, 1999).
Asimetría que se evidencia cuando el castigo pesa como una amenaza permanente sobre la cabeza de los tramis, mientras que la impunidad se impone sobre los bolsillos de sus empleadores. La ley no los alcanza, al menos no de la misma manera que alcanza a los tramis. O cuando los tramis cometen una falta administrativa y son tratados como delincuentes de esa humanidad, mientras que sus empleadores y autoridades gubernamentales cometen delitos tipificados al violar sus derechos humanos, y son tratados como si cometieran meras faltas administrativas, o gozan de absoluta impunidad.
Puede haber acuerdos binacionales como los de braceros, donde la asimetría se expresa en la desigualdad de derechos concedidos y deberes impuestos, lo mismo que en la impunidad del más fuerte cuando incumple los compromisos que le corresponden (García, 25/1/2003: 43)(3). Los acuerdos de libre comercio en el área, precursores del ALCA(4), son otra muestra de la expresión de las asimetrías aludidas, no sólo en cuanto a la asimetría en el reparto de las pérdidas y las ganancias, sino en cuanto a la impunidad de que goza el más fuerte para negarse a cumplir lo pactado, y en la impotencia que sufre el más débil para exigir sus derechos.
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