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EL FLUJO CENTROAMERICANO(1)
IRREGULAR CON DESTINO
A LOS ESTADOS UNIDOS:
LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL
DE LA VULNERABILIDAD
Vladimiro Valdés Montoya, S.J.
Tampoco es posible establecer una correlación causal directa entre las variables económicas y los flujos migratorios, sin soslayar la complejidad del fenómeno en sus dimensiones étnico-culturales, religiosas, sociales, de género, comunidad, familia, etc.
Sin embargo, lo que a estas alturas está más que demostrado, es que las políticas neoliberales ajuste estructural, privatización de empresas y servicios del Estado y tratados de libre comercio-han profundizado la destrucción de las economías de subsistencia rurales y urbanas, en una región cuyas economías han girado en torno a la agricultura de exportación, con un grado muy bajo de industrialización y con una dinámica de crecimiento poblacional mayor a la media del subcontinente (Castillo/Palma, 1996: 55), dando lugar con ello, a un fortalecimiento excepcional a las corrientes migratorias transnacionales del sur al norte (Álvarez V., 2002: 26).
5. POLÍTICAS MIGRATORIAS.
La frontera sur de México comenzó a figurar en la agenda de la política de seguridad nacional del gobierno mexicano, con la llegada de los refugiados guatemaltecos al estado de Chiapas a principios de los años ochenta. Este evento marcó también el inicio del proceso de militarización de dicha frontera, como medida defensiva para evitar las incursiones del ejército guatemalteco a territorio nacional, y como medida preventiva contra un posible contagio de los conflictos centroamericanos.
1994 marcó una nueva etapa en la presencia de las autoridades migratorias en la frontera con Centroamérica. La firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN)(29) elevó la importancia estratégica de esta frontera en cuanto a las consideraciones de seguridad nacional de Estados Unidos, pero excluyó el tema de los trabajadores migrantes internacionales, tanto regulares como indocumentados, en la región.
Ese mismo año, el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN)(30) promovió una nueva etapa en el proceso de militarización de la frontera Chiapas-Guatemala, y una nueva escalada de dicha frontera en la agenda de la política de seguridad nacional de los gobiernos mexicano y norteamericano.
Finalmente, también en 1994, la Operación Guardián en California(31) marcó el inicio de una serie de operativos a lo largo de toda la frontera mexicano-estadounidense(32), iniciando así una nueva etapa en la política de contención antinmigratoria del gobierno norteamericano.
Así, desde principios de los noventa, y a medida que aumenta la presión de estos flujos de tramis, tanto México(33) como Estados Unidos han ido reforzando e incrementando sus mecanismos de contención en sus respectivas fronteras, con un éxito bastante relativo y fuertemente cuestionado (Eschbach, 1999; Andreas, 1999; Lindstrom, 2001; Kobrak/Palencia, 1998).
Más o menos hasta septiembre del 2001, México deportaba por Talismán y Ciudad Hidalgo, a cualquier hora del día o de la noche, a todos los asegurados en la región: mujeres y hombres, adultos y menores, y de cualquier nacionalidad. A partir de esta fecha y de un acuerdo entre México, Estados Unidos y Guatemala, México concentra en su centro de detención del DF a todos los asegurados NO centroamericanos, y a los centroamericanos detenidos en cualquier punto del país los concentra en la estación migratoria de Tapachula, para deportarlos hasta la frontera de la nacionalidad de cada asegurado. A los guatemaltecos los deja en Talismán; a los salvadoreños los llevaba en autobús hasta la frontera de Guatemala con El Salvador, por Esquipulas, y a los hondureños y nicaragüenses igual. El transporte es pagado por la Embajada de los Estados Unidos en Guatemala(34).
Actualmente, lo que existe y funciona como expresión de una política migratoria de estado en cuento tal, es el Plan Puebla Panamá (PPP) y el Plan Sur. Auque cada uno con su propia metodología, ambos coinciden en el objetivo de detener la migración de esa región -sur-sureste de México e istmo centroamericano-y los flujos migratorios extraregionales que la atraviesan hacia el norte (Sandoval, 2001).
El PPP, a grandes rasgos, es la propuesta de desarrollo del equipo de Fox, hecha a partir de un refrito de proyectos del BM, el BID, la CEPAL y diversas universidades estadounidenses, en colaboración con algunos tecnócratas procedentes de los gobiernos y algunos grupos de empresarios de la región, para el sur-sureste mexicano pobre y subdesarrollado de los estados de Veracruz, Puebla, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, y para el istmo centroamericano de Guatemala, El Salvador, Honduras, Nicaragua, Costa Rica y Panamá (Álvarez V., 2002: 33).
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